La reunión con los dioses había sido como lo planeado, un completo desastre. Quiso atesorar sus expresiones en lo más recóndito de su alma, su regreso fue digno de recuerdo.
— Hikari. — Su caminar se detuvo con incredulidad, sus labios temblaron y sus ojos mar se hicieron carmesí.
— Señor Hércules. — Apenas pudo pronunciar con normalidad.
— Me alegra que-
— ¡No te acerques!. — Detuvo todo movimiento del dios — ¿Eres tan descarado para venir ahora?
— ¿De que estas hablando?
— Cien años. — Inquiere con enfado, observando al dios. — ¡Cien años estuve en el inframundo! ¡Esperando a que mi amado Hércules viniera y me ayudará!.
— ¡Yo quería salvarte!. — Le gritó de vuelta.
— ¡Y entonces ¿dónde estabas?!. — Las manos del albino golpearon el rostro de Hércules. — ¿Por que abandonaste si yo te amaba tanto?. — Hablo en un hilo de voz.
— Kari. — Dejo que lo golpeara tanto como quisiera, aun si lo lanzaba al piso y lo sometía, no importaba. Dejó que el hiciera todo lo que él quisiera.
— Todas esas promesas, eran mentira. No cumpliste ninguna de ellas. — Las lágrimas ensucian el rostro ajeno observando los mechones blancos que danzaban con el aire.
— Lo sé. — Admitió con tristeza. — Pero-
— Ahora no te necesito, ni quiero estar cerca tuyo. — Habla con dureza pero sin mirar al dios. No podía mirarlo a los ojos. — Será mejor que te prepares para el Ragnarok, por que no me detendré hasta que todos ustedes estén muertos.
— ¿Aun si yo estoy ahí?.
— Su presencia no altera nada.
Ojala lo hubiera detenido.
Ojala hubiera sido más valiente para oponerse a la voluntad de los dioses.
Pero entendió una cosa, podrían pasar otros cien años y el nunca merecería a Hikari.
Caminaba a pasos lentos, las lágrimas se deslizaban sin cesar y su cuerpo tembloroso colapso en el frío suelo.
Las marcas negras se extendieron por su torso y subían alarmantemente rápido por su rostro.
— N-No otra vez. — La sangre pinto su garganta provocandole arcadas.
El líquido rojo fue expulsado en grandes cantidades, las pulsaciones de su pecho lo arrastraron a lo más oscuro de su alma dejandolo aturdido.
Sus manos temblaron y sus cabellos manchandos por la sangre adornaron el frío lugar.
El cuerpo inerte de Hikari sólo pudo observar a aquellas mariposas negras revolotear a su lado, deseo ser una de ellas y perderse entre los vientos del olimpo.
Con sus últimos esfuerzos estiró su brazo en busca de alcanzar una de ellas.
Lamentablemente no lo logro y la sangre siguió marcando el piso en distintos patrones.
— No existen los milagros. — Pronunció recordando esas palabras humillantes de aquel guardia. — Ese mediocre tenía razón.
Pero ya estaba muerto, al menos eso lo hizo sentirse mejor. Cerro sus ojos y un ultimo suspiro lleno de agonia abandono sus labios para despues perderse entre las fauces de la oscuridad.
En la madre, terminaron los pololos.
Bueno hola ♡.
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𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑𝐄 | sʜᴜ̄ᴍᴀᴛsᴜ ɴᴏ ᴠᴀʟϙᴜɪʀɪᴇ
Fanficsʜᴜ̄ᴍᴀᴛsᴜ ɴᴏ ᴠᴀʟᴋʏʀɪᴇ ғᴀɴғɪᴄ 𝓛𝓸𝓼 𝓪𝓶𝓮, 𝓬𝓸𝓷𝓯𝓲́𝓮 𝓮𝓷 𝓾𝓼𝓽𝓮𝓭𝓮𝓼 𝔂 𝓶𝓮 𝓪𝓹𝓾𝓷̃𝓪𝓵𝓪𝓻𝓸𝓷 𝓹𝓸𝓻 𝓵𝓪 𝓮𝓼𝓹𝓪𝓵𝓭𝓪 Donde Hikari se ve envuelto en la venganza, destruyendo todo a su paso. O Donde el valquiria busca su libertad pa...