⁰⁶. 𝔈𝔰𝔭𝔦𝔫𝔞𝔰.

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La reunión con los dioses había sido como lo planeado, un completo desastre

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La reunión con los dioses había sido como lo planeado, un completo desastre. Quiso atesorar sus expresiones en lo más recóndito de su alma, su regreso fue digno de recuerdo.

Hikari. — Su caminar se detuvo con incredulidad, sus labios temblaron y sus ojos mar se hicieron carmesí.

Señor Hércules. — Apenas pudo pronunciar con normalidad.

Me alegra que-

¡No te acerques!. — Detuvo todo movimiento del dios — ¿Eres tan descarado para venir ahora?

¿De que estas hablando?

Cien años. — Inquiere con enfado, observando al dios. — ¡Cien años estuve en el inframundo! ¡Esperando a que mi amado Hércules viniera y me ayudará!. 

¡Yo quería salvarte!. — Le gritó de vuelta.

¡Y entonces ¿dónde estabas?!. — Las manos del albino golpearon el rostro de Hércules. — ¿Por que abandonaste si yo te amaba tanto?. — Hablo en un hilo de voz.

Kari. — Dejo que lo golpeara tanto como quisiera, aun si lo lanzaba al piso y lo sometía, no importaba. Dejó que el hiciera todo lo que él quisiera.

Todas esas promesas, eran mentira. No cumpliste ninguna de ellas. — Las lágrimas ensucian el rostro ajeno observando los mechones blancos que danzaban con el aire. 

Lo sé. — Admitió con tristeza. — Pero-

Ahora no te necesito, ni quiero estar cerca tuyo. — Habla con dureza pero sin mirar al dios. No podía mirarlo a los ojos. — Será mejor que te prepares para el Ragnarok, por que no me detendré hasta que todos ustedes estén muertos.

¿Aun si yo estoy ahí?.

Su presencia no altera nada.

Ojala lo hubiera detenido.

Ojala hubiera sido más valiente para oponerse a la voluntad de los dioses.

Pero entendió una cosa, podrían pasar otros cien años y el nunca merecería a Hikari.

Caminaba a pasos lentos, las lágrimas se deslizaban sin cesar y su cuerpo tembloroso colapso en el frío suelo

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Caminaba a pasos lentos, las lágrimas se deslizaban sin cesar y su cuerpo tembloroso colapso en el frío suelo.

Las marcas negras se extendieron por su torso y subían alarmantemente rápido por su rostro.

N-No otra vez. — La sangre pinto su garganta provocandole arcadas.

El líquido rojo fue expulsado en grandes cantidades, las pulsaciones de su pecho lo arrastraron a lo más oscuro de su alma dejandolo aturdido.

Sus manos temblaron y sus cabellos manchandos por la sangre adornaron el frío lugar.

El cuerpo inerte de Hikari sólo pudo observar a aquellas mariposas negras revolotear a su lado, deseo ser una de ellas y perderse entre los vientos del olimpo.

Con sus últimos esfuerzos estiró su brazo en busca de alcanzar una de ellas.

Lamentablemente no lo logro y la sangre siguió marcando el piso en distintos patrones.

No existen los milagros. — Pronunció recordando esas palabras humillantes de aquel guardia. — Ese mediocre tenía razón.

Pero ya estaba muerto, al menos eso lo hizo sentirse mejor. Cerro sus ojos y un ultimo suspiro lleno de agonia abandono sus labios para despues perderse entre las fauces de la oscuridad.

 Cerro sus ojos y un ultimo suspiro lleno de agonia abandono sus labios para despues perderse entre las fauces de la oscuridad

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En la madre, terminaron los pololos.
Bueno hola ♡.

Bueno hola ♡

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𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑𝐄 | sʜᴜ̄ᴍᴀᴛsᴜ ɴᴏ ᴠᴀʟϙᴜɪʀɪᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora