— ¡BruBru! ¡Di dos cosas que te gusten de mi!
— No hay necesidad de gritar. — Le reclamó la mayor. — Pero si tuviera que escoger, diría que tus ojos.
— ¿Mis ojos?. — Cuestionó el albino mirándola con el ceño fruncido. — Eso es tonto.
— ¡Entonces! ¡¿para que preguntas?!
— ¡Pense que tenias mejor gusto!. — Exclamó enfadado colgándose de los hombros de la mujer de cabellos cortos. — BruBru. — Llamo.
— Ahora que.
— Y si te dejas crecer el cabello.
— No me gusta el pelo largo, es estorboso y una pérdida de tiempo peinarlo. — Se negó de todas las formas posibles.
— ¡Entonces yo lo peinare! ¡Dejatelo crecer! ¡Andale!
Al final termino cediendo, esa sonrisa que iluminaba su rostro debía ser protegida.
Sus ojos se abrieron con dificultad la luz invadía sus pupilas y nunca pudo odiarla tanto como en ese momento.
Sintió el frío del suelo junto con la ropa húmeda, llena del líquido carmín.
Un suspiro abandonó sus labios pastel, sacando fuerzas para poder levantarse e irse a dormir o morir, lo que llegará primero.
No tardó en notar un cristal frente a él que reflejaba la figura imponente del valquiria. Su ceño se frunce rompiendo aquel frío cristal de un puñetazo.
Observa sus manos, ahora llenas heridas y cicatrices que lo hacen chasquear la boca con fastidio retomando su camino inicial con intenciones de irse.
— Kari. — Aquel dulce apodo fue acompañado por los ligeros zumbidos de sus oídos.
— Brunhild. — Pronunció con devoción. — Hace unos años dijiste que lo que más te gustaba de mi, eran mis ojos.
Comenzó a divagar recargándose en la pared, indigno de mirar a su hermana mayor.
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𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑𝐄 | sʜᴜ̄ᴍᴀᴛsᴜ ɴᴏ ᴠᴀʟϙᴜɪʀɪᴇ
Fanfictionsʜᴜ̄ᴍᴀᴛsᴜ ɴᴏ ᴠᴀʟᴋʏʀɪᴇ ғᴀɴғɪᴄ 𝓛𝓸𝓼 𝓪𝓶𝓮, 𝓬𝓸𝓷𝓯𝓲́𝓮 𝓮𝓷 𝓾𝓼𝓽𝓮𝓭𝓮𝓼 𝔂 𝓶𝓮 𝓪𝓹𝓾𝓷̃𝓪𝓵𝓪𝓻𝓸𝓷 𝓹𝓸𝓻 𝓵𝓪 𝓮𝓼𝓹𝓪𝓵𝓭𝓪 Donde Hikari se ve envuelto en la venganza, destruyendo todo a su paso. O Donde el valquiria busca su libertad pa...