Capítulo 13

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No soy dueño de Naruto ni Percy Jackson y los Olímpicos

Pido disculpas de antelación por los errores gramaticales y ortográficos de esta historia, agradezco la comprensión y al que no tampoco te estoy obligando a leer esta historia, no quiero ser escritor, simplemente escribo este fic para matar mi aburrimiento y porque siempre quise escribir uno.

No soy religioso, lo que escribo es solo ficción basada en conocimiento propio o que he sacado de otros mangas/libros/Internet que he leído, no quiero mostrar favoritismo hacia ninguna religión y tampoco quiero desprestigiar otra, como tampoco quiero faltar el respeto hacia gente que encuentra su camino a través de su religión. Si te sientes ofendido por alguna parte de la historia, no es mi intención hacerlo.

N/A: Hay gente que pidió un lemon en este capítulo por el final del capítulo anterior... lo siento gente, pero no me veo preparado para escribir un lemon actualmente.

-¿Quién eres?-

Malestar, incomodidad, nervios y tristeza... las sensaciones que tenía actualmente no paraban de apretar en su pecho, incomodándola, como hace años, no había sentido esto en años, pero ¿Por qué? ¿Porque tenía esa sensación? ¿Por qué sentirse así por una cosa tan diminuta en su opinión? ¿Por qué le preocupaba tanto que dejase de sentir su presencia tan repentinamente? Y ¿Por qué se dirigía casi corriendo a la última ubicación donde lo sintió?... da igual las veces que se lo preguntara ella misma, da igual las veces que intento detenerse, sus pies no le hacían caso, su subconsciente chillaba para que lo buscara y eso mismo hizo, sabía que sus hermanos y sobrinos estaban observándolo constantemente mediante Iris, ella no lo hizo, no le hacía falta, podía sentir todo, sabía lo que pasaba si era algo relacionado con su familia, la cosa es que ese rubio que apareció de repente se fue tan rápido como vino... y cuando dejo de sentir su presencia sus piernas se movieron solas, podía sentir sus ojos húmedos, la sensación de perder algo sumamente importante inundando su pecho, la ansiedad invadiéndola, dificultándole el simple hecho de respirar adecuadamente y todo se agravo cuando llego al claro, un silencio antinatural en todo el pequeño claro, no había nadie, pero si lo hubo hace poco tiempo, podía sentir la presencia Natural por toda la zona bañada por las luz de la luna, había pasado un tiempo, desde que dejo de sentirlo, intento razonar, diciéndose a sí misma que volvería, simplemente volvería, no sabía como pero lo sabía, pero pasaron las horas y su ansiedad se volvía cada vez peor, incapaz de soportarlo más, trato de buscarlo ella misma, miro más detenidamente por el claro y no tardo en sentir la fatigante sensación divina en la zona.

'¿Gea?' Se pregunto mentalmente.

El hecho de sentir eso no la calmo en absoluto y menos al sentir los rastros de otro ser divino, parecía a la morías, pero más potente, muchísimo más potente.

Sus latidos aumentaron, ¿Se lo habían llevado? ¿Estaba bien?

'Esto es ridículo' pensó con una sonrisa irónica se mostró en su bello rostro, lo conoció ayer y estaba aquí a punto de romperse en llanto por perderlo, pero volvemos a la primera pregunta ¿Por qué? ¿Por qué estar haciendo todo esto por alguien no solo conoció en un día? ¿Fue por el hecho de ayudar a Hera? ¿Por hacerla sonreír a ella y a Hera? ¿Por el hecho de no ignorarla como otros semi-dioses?

'No'

No sabía por qué, pero sabía que esas no eran las respuestas, perderlo, perderlo otra vez... ¿Otra vez?... Las lágrimas ya no pudieron ser contenidas al entrar en ese tren de pensamientos ''Ridículo'' susurro con una voz cortada.

Ridículo por el simple hecho de pensar eso por alguien que no había conocido antes, pero ese chico, el rubio con una sonrisa estúpida pero contagiosa la había hecho sonreír más en un día que en 1000 años de vida y eso es algo que solo hizo la persona que más ama en su vida, su hermano mayor... odiaba esto, el hecho de comparar a la gente con otra, cada uno es como es y nadie es igual a otro, pero no pudo evitarlo, se sentía a gusto, protegida y lo más importante en familia, cuando el rubio la posiciono en sus hombros, sintió como si un trozo de puzle que perdió hacia miles de años, volvía a encajar en su vida. Cuando pudo sentir como el rubio solo trataba hacerla sonreír, cuando sin pensarlo dos veces le ofreció un clavel a Hera para ganarse su favor. Da igual las veces que trato de rechazarlo, pero Naruto, el chico que fue elegido por Lady Chaos y reclamado por Gea, le recordaba a lo que más amo y ama en su larga vida, Kairos, su hermano mayor, el hermano que desapareció hace más de 7000 mil años, justo como lo acaba de hacer el rubio, paso exactamente lo mismo, en un segundo lo siente y al siguiente deja de existir su presencia, junto a ella corriendo hacia el lugar donde lo sintió por última vez y con el mismo resultado, una enorme presencia divina y después de eso... nada, no había nada más que eso, todo el lugar en silencio y nadie por los alrededores. El simple hecho de que la historia se repita le hizo romper en llanto. Se sentó apoyándose en el árbol donde sintió a Naruto y se abrazó a si misma mientras un torrente de lágrimas saladas salía de sus hermosos ojos rojizos.

El Dios OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora