Capítulo 10

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No soy dueño de Naruto ni Percy Jackson y los Olímpicos

Pido disculpas de antelación por los errores gramaticales y ortográficos de esta historia, agradezco la comprensión y al que no tampoco te estoy obligando a leer esta historia, no quiero ser escritor, simplemente escribo este fic para matar mi aburrimiento y porque siempre quise escribir uno.

-Vesta-

#Templo de Apolo#

Dentro de un templo rodeado de oro, el templo más brillante jamás creado, como si de un mini sol se tratase que relucía incluso en la noche debido a la débil luz producida por la luna. Se encontraba Apolo, marcado por las ojeras más grandes que había tenido en su vida, otro noche más en vela, había perdido ya la cuenta de las veces que maldijo el día que se interesó por el héroe olvidado por todos... o más bien se vieron obligados a olvidarlo, la luz de sol se empezaba ver por el horizonte haciendo que el templo brillase aún más si se podía, pero él no se movió de su escritorio, junto a dos cuaderno, el primero uno que escribía todas las profecías que el recibía y el otro más nuevo, hace poco tiempo que empezó a utilizarlo y lo hacía para escribir todo lo que sabía acerca de Kairos, cada leyenda contada por su madre cuando eran pequeños, ese pensamiento le saco una sonrisa de su cara cansada por la falta de sueño, los tiempos donde su madre Leto y su hermana Artemisa se sentaban alrededor de una hoguera mientras su madre le contaba historias sobre varios sucesos que tuvo que vivir junto a su hermana y varias de esas historias eran sobre el hombre que actualmente le quitaba el sueño debido a los incognitos que había alrededor de él.

Mientras continuaba escribiendo todo lo que recordaba sobre una de las muchas historias contadas por su madre no se dio cuenta de que alguien entraba a su templo, algo que no ocurría a menudo ya que nadie puede entrar sin permiso... nadie excepto unas pocas personas.

''Apolo'' Se escucho la suave voz de una mujer que intentaba llamar su atención.

Al no recibir respuesta ella se acercó más y se percató de que el Dios estaba perdido en sus pensamientos mirando ciegamente con una pequeña sonrisa el cuaderno rojo con detalles dorados que estaba delante de él. Se acerco más y pudo leer un poco de lo que había escrito en el cuaderno y se percató de que era una de las leyendas que le contaba su madre cuando los dos eran pequeños pero sin embargo frunció un poco el ceño al poder recordar la historia que estaba escrita, una de las muchas sobre ese misterioso chico de nombre Kairos, aunque no lo mostrase Artemisa se preocupaba mucho por su hermano, después de todo tubo que ayudar a su madre en el parto, y verlo en ese estado y si le sumas que tiene relación con un chico le molestaba más... ¿Por qué darle tantas vueltas? Después de todo es solo eso... una leyenda para los niños.

Movió su mano hacia la cara de su hermano y chasqueo los dedos en las narices de Apolo para sacarlo de su trance, premio, consiguió lo que quería.

Apolo pestañeo varias veces antes de percatarse de que no estaba solo sobresaltándolo por no escuchar a nadie entrar y se asustó un poco para después calmarse al ver a su pequeña, adorable y linda hermanita... menos mal que no decía eso en voz alta si no, lo que le hace hombre estaría en peligro constante.

''¿Arty?'' Pregunto en confusión por la repentina aparición de Artemisa.

La ceja de la diosa de la luna empezó a temblar, oh dioses como odiaba ese apodo ''Deja de llamarme así'' Hablo con algo de ira en su voz.

Apolo hizo lo que siempre hacía en esta situación... sonreír... la típica sonrisa tonta que mostraba sus dientes completamente blancos capaz de hacer temblar a casi toda mujer, por otro lado, Artemisa simplemente suspiro.

El Dios OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora