Gun
Al abrir los ojos, Gun se sintió mareado y con frío, tenía un fuerte dolor en la cabeza y un corte en la parte superior de su frente, además de moretones en el cuerpo y raspones en las rodillas y codos.
Recordó haber estado montado sobre el lomo de su yegua mientras iban al borde de el acantilado hasta que ella se asustó dejándolo caer.
Gun detuvo sus pensamientos.
– Gina!!!! –gritó desesperado.
Gun miró hacia abajo del acantilado en busca de algún rastro de ella pero no había ningún cuerpo, se alivio inmediatamente, eso sólo significaba que ella estaba a salvo, sin embargo él no había corrido la misma suerte. Aunque su caída al precipicio había sido detenida por un relieve sobresaliente del borde del acantilado y agradecía no estar muerto, estaba sólo y herido, quién lo encontraría en este lugar y cuánto tiempo más su refugio lo podría soportar.
Habían pasado horas desde que salió de casa seguramente Off o Godji notaría su ausencia si no llegaba al almuerzo. Lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. Godji seguro lo notaría pero Off, él tal vez no lo extrañaría y tampoco lo quería cerca. Gun suspiró tristemente.
Si lograba salir de esto, Gun tendría que irse, dejar la finca que ahora consideraba su hogar, su esposo y regresar a su antigua vida.
Si volvía a Suiza sin Off moriría, al igual que su madre, la pena y ausencia de su compañero lo mataría, un escalofrío recorrió su adolorido cuerpo.
Gun acarició la marca de su cuello luego rodeó su cuerpo con sus brazos haciéndose un ovillo en el suelo mientras nombraba a su esposo sin parar. Lloró hasta quedarse dormido.
