And I love Him. || RaptorGamer. #CoMPaS [REMODELANDO]

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Cass.

Seguimos celebrando hasta que hunter y mi demás familia entro en estado de ebriedad.

Alan y Melissa se fueron a dormir antes de que vieran a su padre así, Alice los acompañó a acostarse.

Después de que Alice acostó a los niños, bajo con nosotros y comenzamos a conversar ella y yo.

— ¿Y donde se conocieron Hunter y tú?

— Sonará muy cliché, pero fue por mi trabajo. —respondió con una sonrisa.

— ¿Trabajaban juntos?

— No, no. —río.— Yo trabajaba de mesera en un restaurante bar, Hunter iba muy seguido y un día me pidió que si me podía quedar con el —explicó.— me dio propina extra y su número.

— Woow, Hunter nunca había ligado así. —dije impresionada.— Sí lo quería hacer pero nunca se atrevió.

— ¿En serio? Woow. —río.— Cuéntame, ¿Cómo fue que Ari y tú se conocieron?

— Es un poco vergonzoso desde mi perspectiva. —reí.— Estaba de vacaciones, y fui a Universal Studios, pero solo a mi se me ocurrió ir en Halloween.

ella sentía como respuesta.

— No te haré el cuento largo, como fui en halloween obviamente hubo mucha gente disfrazada persiguiendome. —expliqué.— Y uno me persiguió por mucho tiempo y como iba corriendo no vi por donde iba así que choque con Ari.

— ¿Y fue amor a primera vista a lo Wattpad?

— Algo así. Total, me disculpe con él, y después nos volvimos a ver en el parque, me habló, nos conocimos más y ya. —reí.— Hasta que se fue a Andorra y nos distanciamos un poco.

— Oh, entiendo. —asintió. — ¿Gustas un trago?

— No, gracias.

— Bueno, más para mí. —sonrió y procedió a destapar una lata de cerveza.

— Oye, ¿no ibas a llevar mañana a Alan y Melissa al parque de diversiones?

— ¿Hunter te lo comento?

— Así es.

— Oh, pues si, pero no iré con resaca. —dejo la lata de cerveza.— Aunque con una no me da resaca. —volvió a tomar la lata y yo solo reí.

— ¿Te molesta si los acompaño mañana?.

— Claro que no, los niños también necesitan convivir con su tía.

— Gracias, Alice.

— Por nada, Cass.

Le sonreí, vuelvo a repetir que Alice es super linda y amable.

Seguimos conversando hasta que escuchamos unos gritos. Ya saben, los típicos "eh, eh, eh" cuando baila alguien. Y ese alguien era nada más y nada menos que...¿¡Hunter!?

Por un momento pensé que sería Ari.

¿Cómo lo describo? Literalmente parecía la escena de "¿Y donde están las rubias?" donde Latrell baila.
Por suerte los niños se habían ido a dormir y no pasarán vergüenza viendo a su padre así.

— ¡Cass! ¿Estás viendo a tu hermano? —preguntó Ari riendo.

— Sí... —respondí antes de soltar una carcajada al igual que Alice.

Por suerte la casa estaba espaciosa para que nadie tuviera problemas al bailar al igual que Hunter.

La alegría se contagia, así que también estuve bailando junto a Hunter con Alice y Ari.
Alice se puso demasiado ebria al igual que Hunter y al final de la fiesta fue un problema llevarlos a dormir.

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Al otro día:

Cass.

¿Estamos de acuerdo en que la resaca no los iba a dejar ir al parque con sus hijos?, ¿Sí? Ok.

Obviamente nos pidieron de favor a mi y a Ari de llevarlos ya qué ni ellos mismos se soportaban.

Los llevamos en el auto, se veían demasiado felices sin importar que no fueran sus padres. Íbamos escuchando música Japonesa (parte del repertorio de Ari). Los niños parecían disfrutarla.

Llegamos y los niños rápidamente se fueron a los juegos. Ari y yo decidimos sentarnos y buscar si habría un lugar donde vendieran helados.

No encontramos helados, pero si algodón de azúcar.
Llamamos a los niños para que comieran y realmente se veían muy felices.

— ¡Muchas gracias tía Cass y tío Ari! —dijo Melissa con una voz dulce.

— No es nada, cariño —respondi con el mismo tono de voz.

Diría que Alan le agradeció a Ari, pero la verdad no lo sé, los dos estaban en los juegos jugando a las atrapadas, mientras que Melissa y yo disfrutábamos del algodón.

Pasaron como unas dos horas y lamentablemente comenzó a llover. Rápidamente nos metimos al auto y dejamos a los niños en casa.

Íbamos de camino a mi casa y Ari me dijo que detuviera el auto.

— Está bien... —dije algo dudosa.

— Salgamos. —habló.

— ¿Qué?

— Salgamos. —repitió.— Vamos. —salió, llego a mi asiento, abrió la puerta y extendió su mano la cual tomé.

El típico cliché de salir en la lluvia. Nunca pensé lo lindo que se sentiría vivirlo.

Reíamos, corríamos, saltabamos, no se como no nos caímos.

Nuestras risas se escuchaban por todo el vecindario, hubo personas que se asomaban a su ventana a ver que par de locos están haciendo tanto ruido.

— ¡Ari estás loco! —reí mientras Ari saltaba en un mini charco.

— ¿Por qué, no te parece divertido?

— Ari, nos enfermaremos después de esto. —reí.

— No lo creo. —río también y tomo mi brazo para que saltará junto a él.

— Siempre quise hacer esto, pero mis padres nunca me dejaron. —hable mientras saltaba.

— ¿De verdad? A mí mi abuela si me dejaba, pero solo ella. —respondió.