04

3 0 0
                                    

Buen amor de mi vida,
cicatriz de mi temprana adolescencia.
Rápido llegaste, lentamente te marchas.

¿Volverás?
Como una niña que alguna vez fui
te espero.

No te vi más
¿Te marchaste ya para siempre?
Sabes que mi frágil ser más desnudo y vulnerable no lo soporta.

Te extraño cada noche,
con cada lágrima, con cada temblor de invierno,
con toda mi alma.
Sucumbe tu nombre en mis pensamientos.

Veintidós; veintitrés. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora