Lágrimas escurrían de sus hermosos ojos.Su rostro estaba totalmente mojado y sus mejillas rojas mientras yo no dejaba de mirarlo.
Win se acerca lentamente hasta mí y une nuestros labios en un beso, al cual no respondo en un inicio por la impresión, pero poco a poco mis labios van probando de los suyos, de ese sabor que tanto me gusta y que no podría borrar de mi memoria ni con demencia.
Nuestro primer beso en público.
Y es que hasta yo me encontraba impactado con las confesiones que hice hace unos minutos. Ni siquiera yo sabía todo lo que tenía guardado hasta que me atreví a decírselo. Se sentía liberador, como si hasta yo mismo necesitara escuchar esa verdad, porque sí, todo eso que reprimí por tanto tiempo es lo que verdaderamente siento por Win.
Limpio y acaricio sus abultadas mejillas con mis dedos con nuestros labios aún besándose. Un beso lleno de sentimientos, un beso que transmitía amor y nostalgia, un beso que podría hacerme perder la razón.
Suspiro en cuando nos separamos.
Enamorado. Así es como me sentía, y aunque eso siempre estuvo ahí, ahora podía sentirlo florecer, y hasta entonces me di cuenta de lo estúpido que fui.
¿Por qué me prohibí el ser libre todo este tiempo?
Y es hasta entonces que soy consiente del daño que le hice a Win durante todo este tiempo.
—Perdóname—Posiciono mis manos sobre las suyas y él me mira confundido.
—Perdóname por lo mucho que te lastimé todo este tiempo, por no darme cuenta de lo estúpido que era por no apreciar el tenerte a mi lado.
Win ríe quedito y creo levitar.
Su sonrisa es cruelmente bella.
—Te perdono—Susurra divertido antes de volver a hablar.
—¿Entonces... somos novios ahora?
—No, debo proponértelo primero.
Me pongo de pie y me arrodillo ante un Win aún sentado.
—Win, ¿puedo ser tu novio?—improviso una arrugada flor con una de las servilletas extendidas en la mesa y sonrío mirándolo a los ojos.
Win vuelve a derramar lágrimas conmocionado, pero con una expresión divertida en su rostro.
—Sí—Suelta entre lágrimas y risas.
Es sin duda la imagen más hermosa que nunca vi.
Nuestros labios se unieron de nuevo en un beso. Cerré con lentitud mis ojos mientras Win me daba suaves y cortos besos en los labios con ternura. Todo lo que sentía en estos momentos era alucinante y tuve que separarme antes de tener un colapso cerebral.
Aparté un poco su cabello y dejé la improvisada flor detrás de su oreja atribuyendo algo más a su hermosura.
Volví a sentarme frente a él, admirándolo.
Soy un maldito suertudo.
Win y yo nos habíamos besado incontables veces, en todas partes, de todas formas, pero ninguno se comparaba a este beso, y supe que él pensaba lo mismo cuando lo vi suspirar y sonreír casi tan enamorado como yo.
—Disculpa la demora, tuve que atender a alguien más.
Ashhh. El maldito mesero.
—Descuida, puedes dejarla aquí—Dice haciendo espacio en la mesa, apartando los platos que apenas y habíamos probado.