Capítulo 2

1.2K 53 0
                                    

-¿Qué estás mirando?- miré al castaño levantando una ceja - Deja de mirarme así.

-Y tú deja de provocarme- me levanté y caminé hacia él mirándolo fijo para agarrar sus manos y acercarme lentamente a su rostro.

-¿Jung-Jungkook qué demonios crees que haces?- retrocedía lentamente hasta quedar contra la pared, dios que situación tan incómoda...¿Qué pensara hacerme?

-Quedate quieto hermoso...- susurré y tomé sus mejillas regordetas para poder besar esos abultados labios que me parecían tan deliciosos.

Sus labios eran dulces, quería que el mundo se detuviera en estos puntos instantes. Agarré sus cabellos rubios tan sedosos haciendo que su cabeza se hiciera hacia atrás. Lamí sus labios pidiendo permiso para explorar su hermosa boquita a lo que el accedió separando un poco sus labios.

Su cuerpo contra el mío, su lengua recorriendo mi cavidad bucal, jadeos, pequeños gemidos...joder no podría pedir nada más. El ruido de los golpes en la puerta lo jodió todo, mi mente no paraba de maldecir a quién sea que estuviera detrás de esa puerta en estos malditos momentos. No me quedó más opción que alejarme del castaño y salir de la habitación...mi padre, esto no saldría bien.

-Hola...emm todo bi...

-¿Te importa acaso?Me interrumpes...- lo miré con frialdad y resentimiento-

-Hijo anoche te vi tirado en el césped llorando...¿Sucedió algo?

-¿En serio preguntas después de todo lo que hiciste?¿Hasta dónde llega tu puta hipocresía?- apreté mis puños mientras fruncía el ceño,en serio lo detestaba- ¿No sería mejor si te pierdes de una maldita vez por todas?

-¡¡ESA NO ES FORMA DE TRATAR A TU PADRE!! -grité enojado y estampé mi mano en su mejilla.

Sonreí ladino y saqué mi arma para apuntarle sin remordimiento alguno.

-A mí nadie me pone un dedo encima, ni tu ni nadie...- cargué el arma con mi mirada oscura penetrando en su ser -Muere...- de un momento a otro el cuerpo de mi padre estaba tendido en el suelo...sangrando.

-¿¡Park qué acabas de hacer!?- grité asustado mirando el cadáver de su padre en el suelo para luego dirigir su mirada a él -Jimin era tu pa...

-No era nada mío...ve a tu habitación, encierrate...no salgas...

-Pero...

-¡¡QUE VAYAS JODER!!- grité furioso y en seguida mi ángel había salido corriendo despavorido a su habitación. Suspiré más calmado y miré a uno de mis guardias -Limpien está mierda...

-Si jóven Park...

Me fui a mi habitación...no podía pensar con claridad, acababa de asesinar a mi padre, ahora me encontraba solo...no gané nada con matarlo, no traje de vuelta a mi madre, ahuyenté a mi hermoso angelito...en serio no sirvo para nada.

Decidí ir al jardín y tumbarme en el césped, alejarme de todo. No quería saber de nadie, desearía estar a 5 putos metros bajo tierra en este maldito instante.

De mis ojos brotaron lágrimas, estaba hecho un mar de emociones, no sabía cómo controlarme. Lo único que podía hacer era llorar como un maldito mocoso...como siempre. Escuché unos pasos detrás de mí, no me atreví a voltear.

-¿Por qué no quieres mirarme?- me acerqué a él por detrás.

-¿Qué?¿Viniste a darme un sermón?- rodé mis ojos.

-Exacto a eso vine- bromeé y me senté detrás de él para pasar mis manos por su cintura y abrazarlo.

-No estoy para juegos...¿No te dije que no salieras de la habitación?

-Tenía la necesidad de verte...¿Acaso no puedo?- me acerqué a su nuca y dejé besos tiernos en esta -Se que tienes tus razones...no preguntaré nada lo prometo...

Voltee a mirarlo, la luz del Sol se reflejaba en sus ojos haciendo que se tornaran de color avellana. Lo abracé y me escondí en su cuello, era mi lugar favorito. Levanté mi mirada a él para juntar sus labios con los míos en un tierno beso.

____________________________________________________________________

Me desperté a la mañana siguiente en mi cama junto a mi hermoso ángel de cabello castaño. Me acerqué para depositar un beso tierno en sus labios y fui directo al baño a darme una ducha. Al salir me puse una pequeña falda negra y un top del mismo color, calcetines altos y unas botas. Perfecto...absolutamente perfecto.

Sentí un pequeño golpe en mi trasero, ooh mi angelito por fin había despertado. Se veía tan bien, es una puta obra de arte joder. Me acerqué y con ternura bese su pequeña carita.

-Buenos días Gukie...¿Cómo durmió mi pequeño conejito?- dije con ternura mientras le hacía mimos.

-Uuumm bien...y más despertando con las hermosas vistas de tu trasero desnudo...por dios se ve tan bien- solté una pequeña risita y acaricié esas nalgas que me encantaban.

Mis mejillas comenzaban a arder, joder ese vocabulario...¿Me pregunto qué tendrá su lengua para hacerme sentir así?Tan vulnerable, sumiso, deseado. Dirigí mi mirada a la pared evitando hacer contacto visual. Sentía su mirada intensa posada en mí, mi interior se retorcía, no hacía nada y aún así me hacía sentir mil y un cosas a la vez.

-Otra vez evitandome?- reí levemente y tomé su rostro suavemente apretando sus cachetes, le hacía ver muy gracioso y tierno -Vamos bebé odio cuando me evitas- hice un puchero.

¿Bebé?¡Me acaba de llamar bebé! Oh dios mío con tan solo una maldita palabra lograba hacer que mi corazón se detuviera.

-No te estoy evitando- susurré tímidamente.

Me sentía un niño...o la presa de un lobo hambriento. Joder le gusta molestarme, me cago en la leche. Dirigí mi mirada a él quien parecía divertirse bastante con solo ver mis expresiones faciales. Esto no ha hecho más que comenzar conejito...

Solo mío Jikook+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora