💫Park Jimin💫
Tengo 17 años recién cumplidos. Siento una extraña atracción por la ropa de mujer por eso suelo vestirme como una. Mi padre es uno de los mafiosos más buscado en toda Corea. Hace algunos años mi padre había asesinado a mi madre ya que...
Un lunes...pero no uno cualquiera...era el lunes que concluía mis putas vacaciones dando paso al período escolar. Otra vez levantarme temprano para verle la cara a todos los come mierdas de mi escuela. Estaba completamente dormido hasta que la puta alarma sonó. Tiré el reloj contra el suelo enojado mientras de fondo se podía escuchar una risita burlona.
-¿Quién?- solté un gruñido aún con los ojos cerrados.
-Hay que gruñón se pone cuando lo despiertan- susurré acercándome a mi pequeño para llenarlo de besitos -Hay que ir a la escuela nene, yo te llevaré.
-Me vale que me lleves no quiero iiiiir...- hice berrinche y lo abracé con fuerza.
Era bastante tierno mi bebé cuando se ponía berrinchudo. Cargué su cuerpo entre mis brazos y caminé hasta la cocina sin antes dejarlo sobre la mesa.
-¡Oppa!- chillé intentando atraer su atención.
-Estoy en la cocina bebé- me asomé lo miré, él aún mantenía sus ojitos cerrados haciendo un hermoso puchero con sus bellos labios rosa y tan abultados, perfectos para chuparlos y morderlos a mi antojo.
Me acerqué al más bajo, quien aún mantenía su posición, para agarrar sus caderas y besar sus labios de forma profunda metiendo mi lengua en su pequeña boca, succionando su lengua de vez en cuando provocando sonidos lascivos provenientes de la fusión de nuestras bocas.
Me separé después de unos pocos minutos algo sofocado y sonrojado, mirando al castaño con sumisión.
-No quiero ir al colegio, quiero quedarme contigo- hice puchero mirándolo a los ojos.
-Pequeño pero debes ir, no puedes faltar a clases- acaricié su cabello suavemente -Te acompañaré hasta la escuela y cuando vuelvas tendrás una sorpresa.
Asentí no muy convencido y me levanté de la mesa para ir a la cocina a hacer el desayuno. Los panqueques olían delicioso y los decoré con trocitos de chocolate y algunos malvaviscos hasta que tuvo la forma de una cabecita de oso. Llevé el desayuno s la mesa y me senté al lado del castaño a degustarlo.
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Llegué a la escuela junto a Jungkook. Miraba amenazante a aquellas o aquellos que se atrevían a tan siquiera mirarle. Otros chicos se dedicaban a mirarme de pies a cabeza por como estaba vestido, fijando la mirada en mis piernas¿En serio que me ven?
Vi al más alto, estaba rojo de la furia y me agarraba el trasero presionando mi cuerpo contra el suyo, me encanta que sea así. Me puse de puntillas y besé su mejilla intentando hacer que se calmara.
-Cambié de opinión, mejor nos vamos. Tomarás clases en casa, ya veré dónde consigo un profesor- tomé la mano del menor y me lo llevé de vuelta a casa algo cabreado.
Me limité a mirar lo hermoso que se veía enojado y sonreí inconscientemente.
Después de una ducha reconfortante salí del baño dispuesto a ponerme mi ropa cuando vi un conjunto de lencería sobre mi cama con una pequeña nota.
"Ponte esto, te espero en el sótano"
Un escalofrío recorrió mi espalda¿Sería está la sorpresa que quería darme?
Me puse la ropa que se encontraba encima de la cama y caminé hacia el sótano, el hilo dental era algo incómodo pero...las cosas que soy capaz de hacer por Jeon. Abrí la puerta encontrándome completamente a oscuras cuando...
