Capítulo 7

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Abrí la puerta encontrándome completamente a oscuras cuando unas manos tomaron las mías. Dejé que la oscuridad me consumiera por completo cuando sentí la luz tenue de algunas velas repartidas por aquella habitación oscura. Pude divisar en la cama algunos pétalos de rosas rojas pero lo otro me dejó completamente desencajado.

Juguetes sexuales se encontraban esparcidos por la cama, sentí un escalofrío¿De dónde había sacado estas cosas?O más bien...¿Cómo los había encontrado cuando ni siquiera le había contado nada al respecto?

No lo sé...pero el hecho de usarlos con el castaño clavando su mirada en mi era algo vergonzoso, pero a la misma vez erótico. Unas manos grandes con dedos largos se posaron sobre mis caderas. Volteé y lo miré fijamente a los ojos, los cuales no se apartaban de mí ni por un segundo. De un momento a otro mi cuerpo se encontraba sobre la cama, rodeado de juguetitos y los hermosos pétalos de rosa.

-¿Te gustó mi pequeña sorpresa?- susurré acercándome al cuello del menor, besándolo y repartiendo caricias en él.

-Me encantó un montón pero...- siempre hay un puto pero -¿De dónde los sacaste?- agarré con mis manos un dildo mostrándole al mayor -O más bien...¿Cómo fue que los encontraste y dónde los encontraste?

Sonreí de lado y le quité el dildo de sus pequeñas manitas mientras lo miraba con intensidad.

-¿Sabes?Hay veces en las que me pierdes completamente de vista. Como cuando te bañas, te acuestas, te duermes, ves la tele o vas al jardín y aprovechando eso pues me voy a curiosear. Uno de esos días encontré en uno de los armarios de esta habitación todos tus pequeños secretos, las fustas, los vibradores, las pinzas para pezones...joder, de haber sabido que eras tan masoquista.

-Shhh ya está bien- susurré ya bastante sonrojado -¿Me harás usar todo eso?

-Tal vez...no sería mala idea ver cómo te das placer con sus juguetitos- susurré cerca de su oído -¿Estás dispuesto a hacerlo por daddy?

Asentí lentamente sin pensar y el castaño se alejó de mí sentándose en una silla al costado de la cama, mirándome expectante.

-Bien, entonces puedes comenzar.

-¿Huh?¿No me ayudarás?

-¿Acaso alguien lo hacía cuando jugabas a escondidas?

-No pero...

-Sin peros...no querrás que daddy te castigue- ladeé la cabeza mirándolo fijamente.

-La verdad no me importaría.

-¿Acaso quieres 50 azotes?

-¡¡NO!!

-Entonces obedece- sonreí ladino mirando como el rubio hacía a un lado la ropa que le dí.

Miraba cada parte de su pequeño cuerpo desnudo. Acto seguido agarró un dildo y lo posicionó en su entrada para hacer que entrara de una sola estocada.

-¡Ah!~

-Eso es...buen niño- me acerqué a él tomando su mentón y levantando su mirada -Vamos date placer nene, te daré un premio.

Sin más comenzó a penetrarse con ese dildo mientras yo veía como se perdía en su pequeña entrada, el bulto en mi entrepierna dolía un poco, estaba a punto de estallar pero quería ver antes de que era capaz mi pequeño. Los gemidos del más bajo resonaban en la habitación, eran una hermosa melodía, la cual podía escuchar por el resto de mi vida. Hice que se detuviera a lo que el rubio reaccionó con un puchero.

-Hay mi pequeño, tan inocente...- procedí a bajarme el pantalón dejando libre mi erección -Mira lo que haces Park...ahora debes arreglarlo.

Me acerqué al castaño tirando el dildo a un lado para comenzar a succionar su glande recibiendo un jadeo acompañado de un gruñido como respuesta.

-Joder esa boca~

Hice presión con mi boca y poco a poco fui introduciendo el miembro del más alto a mi boca haciendo un vaivén algo rápido y profundo.

Agarré el cabello del rubio jalándolo de vez en cuando, sintiendo la calidez de su pequeña boca envolviendo mi hombría. Después de un par de minutos comencé a embestir su boca con rapidez y no tardé en correrme.

Su semen comenzó a llenar mi boca y poco a poco fui tragando todo. Saqué su miembro de mi boca haciendo un pequeño sonido, algo así como un "pop" y dirigí mi mirada a la cara del mayor.

-Daddy~Quiero jugar- susurré con voz de niño pequeño y lo empujé a la cama -Quiero jugar al caballito.

Sonreí ladino y agarré  las caderas del menor para después alinear mi miembro en su entrada e introducirlo poco a poco.

-Aah~mierda~

Golpeé su trasero y este soltó un gemido algo fuerte.

-Sí dices groserías te castigo~- susurré -Salta nene~

Sin más el rubio acató mi orden, comenzando a autopenetrarse algo fuerte y rápido. Los sonidos de nuestras pieles chocando , maldiciones y gemidos inundaban la habitación. Acerqué mis manos a los pequeños y rosados pezones de Jimin y comencé a masajearlos y pellizcarlos.

-¡Ahhh!~N-no juegues así~Eso es trampa~

-Este es mi juego y yo soy quien pone las reglas~- salí de él y lo puse en cuatro sobre la cama para comenzar a penetrar lo algo brusco.

Grité fuerte, una mezcla entre dolor y placer me invadió, mis piernas comenzaban a debilitarse, estaba a punto de llegar al clímax. Bastó con unas cuantas embestidas más y ambos tuvimos el orgasmo de nuestras vidas. Caí a la cama  y en seguida Morfeo apareció, llevándonos con él a su hermoso reino.

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Aún estaba dormido, unos cálidos brazos me cargaban y llevaban fuera de la cama. Sentí el agua tibia  mojar mi cuerpo pero decidí seguir dormido, no quería despertar.

Lo bañé y lo vestí para acostarlo en su cama para yo también ir a bañarme y acostarme a su lado abrazándolo en posición de cucharita, acariciaba su abdomen mientras hundía mi nariz en su cabello disfrutando su dulce aroma

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Lo bañé y lo vestí para acostarlo en su cama para yo también ir a bañarme y acostarme a su lado abrazándolo en posición de cucharita, acariciaba su abdomen mientras hundía mi nariz en su cabello disfrutando su dulce aroma.

Desperté y unos brazos me aprisionaban, como si no me quisieran dejar ir. Volteé un poco la mirada y lo vi, su cabello húmedo, su expresión tranquila y sus pequeños ronquidos que e me hacían tan tiernos y tan graciosos, era perfecto tener a mi angelito aquí conmigo, jamás lo dejaría ir. Decidí dormir un rato más a su lado, disfrutando de su hermosa compañía.

Solo mío Jikook+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora