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📍Barcelona, España
Enero, 2019.

Otro día más.

Tengo veintidós años y ya estoy cansada de la vida.

No es que odie la vida, bueno, no tanto. Es simplemente que la monotonía ya está matandome.

Me levanto temprano todos los días para trabajar, salgo del trabajo y voy a la universidad, salgo de la universidad a la noche casi y vuelvo a mi departamento de 2x2 literal, como algo, solo si tengo ganas, duermo y listo.

Es todos los días hacer la misma rutina cansadora.

Siento que si no pasa algo interesante en mi vida pronto, tal vez me mate.

Bueno, no es por exagerar, pero necesito algo nuevo en mi vida, ya.

-Gomez, a mi oficina- escucho la voz de mi jefe.

Ok, pedí algo nuevo, pero que me despidan de mi trabajo no era exactamente a lo que me refería.

-Sucede algo jefe?- pregunte entrando a su oficina.

-Cierre la puerta, necesito hablar con usted de algo.

Bueno, esto ya no me está gustando.

-Que pasa?

-Hace cuanto trabaja aquí señorita Gomez?- pregunto juntando las manos sobre su escritorio.

-Desde los dieciocho, jefe- dije preocupada- hice algo mal? Lo lamento si es así, no me despida, no tengo otro trabajo y no sé de dónde sacaré dinero.

Hable rápido, pero el me interrumpió.

-No la voy a despedir Gomez- dijo y volvi a respirar- al contrario, necesito que trabaje horas extra.

Abrí los ojos- como dijo?

El asintió- mire, estamos cortos de empleados, y como dijo, ya viene trabajando mucho con nosotros, así que necesito que trabaje doble turno.

-S-señor- dije preocupada- no puedo, yo estudio, no me van a dar los tiempos.

-Pues lo lamento, pero si quiere seguir trabajando aquí, va a tener que aceptar- dijo sin una gota de comparación- tiene hasta el final del día para tomar una decisión, puede irse.

Dicho eso salí por la puerta cerrando atrás mio.

No puede ser, no puedo aceptar, yo de verdad quiero estudiar, de hecho, deje mi país y a mi familia para venir a mudarme sola, con dieciocho años a España.

Este trabajo es lo único que conozco.

Es verdad que es una cafetería pequeña, pero siempre tuvimos buenos clientes que dejaban buenas propinas, pero, no puedo tomar el doble turno.

Pero si ni lo hago, va a despedirme, no puedo arriesgarme a eso.

-Da' cerra la puerta amigo, no vivi' en carpa.

Suspire cuando escuche la campanilla sonar, unas voces masculinas se escucharon, así que saqué de mi mente todo lo que paso momentos antes, mostré una sonrisa y me acerque al grupo de hombres.

Sweet Perfection |Frenkie de Jong|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora