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-A que no sabes quien vino a preguntar por ti anoche luego de que te fuiste- llego a mi lado Alice completamente emocionada.

-Quien?- pregunte sin mucho interés.

-El Holandés de ayer.

Frunci el ceño.

-Frenkie?- pregunte mirándola.

-Em, no sabía su nombre, pero se que pregunto por ti- dijo segura.

-Tal vez se olvidó de algo.

-O tal vez quería darte su número.

-Ya te dije que es imposible Alice- volví a repetir.

-Pues para mi no- dijo ella con una sonrisa- apuesto a que hoy viene de nuevo y te da su número.

Dijo emocionada empezando a saltar, ella era algo más bajita que yo, así que la agarre de los hombros, solía ser muy activa e inquieta.

-Alice, así no son las cosas, no todo es como tus libros de romance, es la vida real- dijo yo, tratando de no creer mis propias palabras, pero sabía que era cierto- hablando de la vida real, anda a atender esa mesa.

Ella me miro mal y se fue, se que no debería decirle eso, ella tenía diecinueve y tenía toda una vida por delante.

Pero yo también, solo que ahora estaba arruinada.

Se que no debo descargarme con ella por mi sufrimiento, de hecho creo que debería disculparme.

-Alice- la llame, pero ella ni se volteo- Alice vamos, lo siento, si?

Me volvió a ignorar olímpicamente.

-Perdón- dije una última vez- últimamente me siento terrible y no me  puedo desquitar con vos.

Ella por fin se dio vuelta y me miro con los brazos cruzados.

-Perdón- volvi a repetir.

-Tal malo es que quiera cosas buenas para ti?- empezó a hablar- yo se que tu ya no tienes esperanzas de vida, pero en cambio yo si quiero verte feliz, que seas feliz sea como sea, ese chico vino a buscarte y cuando le dije que te fuiste se fue muy decepcionado, tal vez tu no seas buena captando indirecta, pero yo si.

La mire por unos segundos, no sabía que decirle.

-Alice...

-Llego la MNS, ve a atenderlos- dijo seca y se fue.

Me acerque al trío de culers y los atendí.

-Y esa cara?- pregunto Leo cuando le traje las cosas.

-Mal día.

-Últimamente estas teniendo muchos malos dias- dijo Suarez, yo solo asentí- no creo que sea bueno para vos.

-Se que no, pero es lo único que puedo hacer- dije y me aleje.

-Quiero hacer algo por Angy- dijo el brasileño- ella siempre muestra una sonrisa, pero no está feliz.

-Es verdad- admitió Luis.

Leo por su parte no dijo nada, sus amigos tenían razón, pero tampoco podían hacer nada, no podían meterse en la vida de su amiga como si nada.

[...]

La noche llego, Alice le pidió a su amiga que cierre el local, según ella porque tenia cosas que hacer.

Pero la Argentina sabía que lo hacía para ver si cierto rubio se aparecía por ahí.

No dijo nada, pero lo cierto es que estaba nerviosa, de verdad quería que Frenkie viniera, que la venga a buscar a ella.

Pero sus esperanzas desaparecían poco a poco, al ver como los clientes se iban y la hora de cerrar se acercaba.

Suspiro pesadamente cuando el último cliente de la noche se fue, decepcionada guardo las últimas cosas y se dispuso a cerrar la cafetería.

-No, de nuevo llegue tarde...- escucho una voz detrás de ella.

Cerro la puerta y se giro para corroborar quien era. Y efectivamente, era ese holandés que persistía en su cabeza desde ayer.

-Eres tu- dijo dejando aparecer una linda sonrisa en su cara.

-Pues, eso creo- dijo ella bajando la cabeza- ya cerramos, lo siento.

-Es una lastima- dijo el aun manteniendo una media sonrisa- quería pasar más tiempo contigo, pero creo que aún no descubro tus tiempos.

Cuando dijo eso, Angy se sorprendió.

-Querías pasar tiempo conmigo?- El neerlandés asintió- por qué?

-Emm, no lo se, me caíste bien supongo- se encogió de hombros- es agradable tener a alguien para charlar.

De cierta forma eso decepcionó a la Argentina.

-Bueno, me tengo que ir- dijo ella luego de unos segundos- si quieres un café pasa mañana.

-Espera- el agarro levemente su muñeca, para que no se aleje- es tarde, quieres que te acompañe a tu casa?

-No es necesario.

-Tal vez lo dije mal- busco las palabras- quiero acompañarte a tu casa, solo si tu quieres.

Angy sonrió, pero luego asintió. El chico repitió su acción, comenzaron a caminar el línea recta en dirección a la casa de la muchacha.

-Eres de por aquí?- pregunto el neerlandés tratando de sacar tema de conversación.

-No- respondió la muchacha- soy de Argentina, vine a España para poder estudiar y tener un mejor futuro- dijo sintiendo un nudo de su garganta.

Cosa de De Jong noto, pero decidió no preguntar, tal vez sea un tema delicado.

-Llegamos- dijo ella llamando su atención- gracias por acompañarme, fuiste muy lindo.

Frenkie sonrió al oír eso.

-No es nada, oye- le dijo antes de que se meta a su edificio y salga de su  vista- no quiero volver a la cafetería justo cuando te vas, o que tu te vayas sin que yo llegue, estaría mal si te pido tu número de teléfono?

Angy sintió sus nervios surgir, pero trato de mantener la calma y le paso su número al rubio.

-Muchas gracias Angy- dijo el con un poco de dificultad.

-De nada Frenkie, adiós.

-Adios- se despidió con la mano mientras se alejaba de la chica.

-Tal vez mi vida no tenga que ser tan mala a veces- hablo Angy sola mientras se metía al edificio.

Sweet Perfection |Frenkie de Jong|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora