Capítulo 1 “La depresión de Frank”Frank tiene 36 años pero siente que ya ha vivido lo suficiente. Que los próximos años no le deparan un futuro cautivador, sino más de lo mismo pero en detrimento a medida que envejece. Le ha perdido el sentido a la vida.
Aunque no siempre fue así; a los 32 años perdió a su esposa definitivamente mediante la firma del divorcio. Pero en realidad desde hace mucho ya la había perdido, más bien desde que perdieron a su primer y único hijo por complicaciones durante el parto, de ahí en lo adelante el amor que se tenían el uno al otro desapareció. Ya eran dos personas distintas a las que se habían casado cuando ambos tenían 18. Fueron años intentando tener a su primogénito y cuando por fin lo consiguen, ocurre la desgracia el día que se suponía iba ser el más feliz de sus vidas. El divorcio le puso fin a años de una vacía e incómoda relación, pero no a la tristeza de Frank, él no se recuperó…
Los años pasaron y su único consuelo eran los cigarros y el alcohol. Frank no fumaba y mucho menos bebía, pero la depresión tras la muerte de su hijo lo llevó poco a poco a encontrar en estos vicios una momentánea relajación de su profundo dolor. Al comenzar a embriagarse cada vez más, lo echan de su empleo, donde ejercía de jefe del departamento de redacción del diario local. Y sin muchas ganas de buscar algo mejor, dejando a un lado su pasión por la literatura, comienza a trabajar de obrero de la construcción. Un trabajo por el que recibía un buen pago pero estaba lejos de ser lo que quería hacer.
Un año y medio después de su divorcio, una noche la inspiración inunda su mente, y bajo la nostalgia de los recuerdos más felices al lado de su exesposa Lisa, comienza en secreto a enviarle cartas románticas, donde le expresaba el amor que sentía hacia ella y el deseo que tenía bajo el anonimato de verla.
Esto apoyándose de su impresiónate facilidad con las palabras para redactar poesía, algo que no recordaba cuando fue la última vez que lo hizo. Por un momento estaba reviviendo en él una sonrisa y una pizca de felicidad y esperanzas al escribir las cartas después de años sin poderse recuperar del dolor de haberlo perdido todo.
Pero Frank cegado por la nostalgia olvidó que a quien le escribía no era misma persona que leía sus cartas, pues esa joven Lisa de los primeros años de matrimonio no existía y ya era una persona completamente distinta.
Un día al llegar de trabajar, Frank se topó con la sorpresa de que Lisa lo esperaba frente a la puerta de su casa. La alegría se apoderó de él y la expresión de su rostro no pudo ocultarla.
Pero la cara de ella no mostraba el mismo sentimiento, y termina de desentonar más cuando él amablemente la saluda y ella le contesta con un “tenemos que hablar”. Frank la invita a pasar para charlar adentro pero de nuevo ella cortante le dice que no tiene tiempo. Saca de su bolso todas las cartas que él le había enviado, se las devuelve, le pide que no le mande ni una más y se marcha. Frank sin poder procesar lo que acaba de ocurrir entra a su casa e inicia una larga noche para él.
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Desafío a la Muerte
RomanceLa propia Muerte encarnada en la piel de un asesino serial se aparece ante Frank, quien durante un tiempo le envío cartas reclamando el fin de su vida. Pero cuando por fin llega ese día, Frank no quiere morir, pues en los últimos meses ha llegado a...