NATIONAL ANTHEM ━ elvis presley

capitulo cuatro. secreto de confesión

chapter four. secret of confession

     Varios días pasaban como si fueran horas para Vivian, quien desde hacia una semana había ejercido su cargo como la nombrada presidenta de los Estados Unidos y el trabajo inundaba su mente al punto de a veces sentir ahogarse en él. Apenas y salía a flote entre todas sus responsabilidades, distinguiendo los días por la luz del día que iba y venía, horas de estrés las que aprovechaba escasas horas para dormir y apenas comer.

     Su trabajo se dividía en tantas secciones que Vivian debía organizar y revisar cuidadosamente con la responsabilidad de decidir proseguir con dicha actividad y estar al tanto de ella, posponerla o simplemente rechazarla y mandarla al archivo muerto, aquello mientras añadía un pequeño momento para escribir sus ideas y propuestas que planeaba poner en marcha en algún futuro, todo en un efímero tiempo que intentaba eficientizar aunque este se le escapara como arena escurridiza entre sus dedos.

     Tomado el último punto de planear nuevas ideas para próximamente ponerlas en práctica, la mujer se encontraba en aquello, con su concentración inusualmente ausente como la de cabello castaño hacia notar con el repetido sonido de su pluma fuente tocando la mesa, frustrando aún más a la chica.

     Sus ojos se mantenían atentos, turnándose entre la hoja de su agenda en blanco frente a ella y el reloj de su muñeca el cual conservaba como regalo de alguien especial, tomándose su tiempo en detallar la hora y el lento movimiento de las manecillas.

     Aquel intento de concentración fallido se vio interrumpido por el ruido que ocasionó su puerta al ser abierta tan abruptamente a la vez que un toque en la misma se escuchaba, más que como una petición para entrar, un anunció de la persona en la entrada.

     Una fina pero imponente figura femenina se posó en el margen de la puerta, el tiempo suficiente para dejar apreciar a Vivian el llamativo atuendo de la mujer el cual constaba de un vestido corte imperio que le llegaba por arriba de los tobillos acompañado de unas botas de tacón alto de aguja con estampado de animal print al igual que el vestido, finalmente como complemento de su atuendo su pelo estaba arreglado con un peinado cardado, muy juvenil para los más de cincuenta años que la mujer tenía.

     Una sonrisa abierta, llena de amor y carisma proveniente de aquella mujer iluminó el rostro de la chica de pelo castaño, quien dejó a un lado tanto su libreta y pluma fuente como la atención en su reloj para levantarse de su lugar y correr a abrazarla.

     ━━¡Audrey! ━━exclamó Vivian, saludando a la mujer y devolviéndole aquella sonrisa.

     ━━Vivi ━━saludó la mujer con calma a la presidenta, recibiendo con gusto el abrazo que la chica le brindó al estar lo suficientemente cerca de ella.

     Ambas mantuvieron aquel abrazo por contados segundos para al deshacerlo, la presidenta invitarla a pasar a su oficina y tomar asiento.

     ━━¿Qué te trae a visitarme a mi trabajo? ━━cuestionó la chica mientras cerraba la puerta de su despacho para igualmente volver a su lugar.

     ━━Bueno, varias razones en realidad ━━respondió la pelinegra para después de esperar unos segundos a que la chica se pusiera cómoda en su asiento, continuar ━━. Mi hijo volverá a viajar de regreso a Reino Unido para grabar una nueva serie de televisión y quería que te preguntara si podrías ir a visitarnos la siguiente semana antes de que se vaya, podríamos visitar la tumba de tu mamá el día de su cumpleaños si quieres, dejar flores, rezarle ━━sugirió la mujer.

     ━━Yo no rezo ━━sentenció la mujer en un murmuró seco, cosa a la que la mujer hizo oídos sordos como era cada que Vivian decía uno de aquellos comentarios ━━; si puedo, será por unas horas solamente, porque el trabajo parece comerme viva ━━prosiguió la mujer volviendo a aquel tono amistoso.