CAPÍTULO 2: CULPABILIDAD Y SECRETISMO

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Iban a ser las once de la noche, pero Hinata aún no soltaba el libro que tenía entre sus manos, solo le quedaban cincuenta páginas para terminar y no deseaba dejar la historia a medias, tenía que saber que iba a hacer la protagonista. Estaba más que claro lo mucho que a Cinder le gustaba el príncipe Kai, pero parecía que sus miedos la frenaban demasiado, ser lunar y una ciborg eran una carga para ella, como su apellido lo era para Hinata.

Esas palabras dieron vueltas en su cabeza, justamente esas cargas les impedían a ambas estar con la persona que en verdad les gustaba.

La melodía de su teléfono interrumpió el hilo de sus pensamientos, logrando que sus mejillas se colorearan, como si hubiera sido pillada haciendo algo indebido. Intentando no darle más vueltas al asunto atendió su móvil, pero grande fue su sorpresa al ver de quien se trataba.

Si bien desde siempre habían estudiado en la misma clase y eran una clase de amigas, no se podría decir que eran muy cercanas. La verdad es que a causa de su carácter no era muy cercana a nadie, exceptuando a Kiba y Shino, que ellos sí que eran sus mejores amigos.

—Buenas noches, Ino-san—dijo Hinata con educación.

Por unos segundos todo se quedó en un profundo silencio, haciendo que Hinata se preguntara si había alguien al otro lado de la línea.

—Hola Hinata-chan, ¿interrumpo algo? Si es así lo siento mucho. Sé que es muy tarde, pero necesito hablar contigo mañana a primera hora, es muy urgente y no la verdad prefiero no decírtelo por teléfono —dijo algo acongojada.

—¿Es que ocurre algo? —preguntó Hinata, por el tono de voz que había empleado Ino estaba más que claro que el asunto era serio.

—Prefiero decírtelo mañana—dijo algo nerviosa.

Hinata e Ino no eran cercanas, pero ella sabía lo extrovertido que era el carácter de la rubia, no era de las personas que se fueran con rodeos, cosa que siempre había admirado de ella. Pero parecía que ese asunto le daba bastante vergüenza.

—Entendido—dijo Hinata logrando dar un poco de tranquilidad a Ino.

—Gracias, te espero mañana—dijo para luego colgar sin ninguna otra explicación dejando con varias incógnitas a la peliazul.

Ahora que lo pensaba, después del almuerzo se había estado comportando de una manera bastante rara, incluso se había visto tentada de preguntarle por su estado de ánimo, ya que nunca la había visto así, pero el aura de tristeza de Kiba tomó por completo toda su atención.

Por ahora haría lo que Ino le había pedido y esperaría a mañana para que le dijera lo que fuera que estuviera pasando.

A la mañana siguiente cuando se dirigió hacia el instituto notó como varias personas la seguían con la mirada, cosa que la extrañó un poco. Sí, tal vez era la heredera de una de las familias más importantes de Konoha, pero ella jamás había llamado la atención, casi siempre pasaba desapercibida.

Avergonzada se acercó a Kiba, y lo tomó del brazo buscando un poco de refugio, pero aquello solo hizo que los cuchicheos y miradas aumentasen.

—¿Tengo algo en la cara? —preguntó Hinata con inocencia y vergüenza.

Kiba miró a su mejor amiga, su casi hermana. Ella a diferencia de muchas personas de ese lugar no le importaba para nada ni el estatus ni el dinero, era igual con todas las personas sin importar si eran o no de una familia importante. Era increíble como de un padre tan clasista como Hiashi hubiera nacido alguien tan puro como Hinata, estaba más que claro que esa parte del carácter de la chica se lo debía a su difunta madre.

El peso del silencio [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora