—Te ves hermosa —Halagó el castaño príncipe Kim a su hermana parada a su lado buscando subirle el ánimo.
Para ponerlos en contexto. Ambos hermanos se encontraban de pie junto al trono del rubio y pálido rey, vistiendo sus preciosos hanbok que representaban a su familia, vistiendo de color vino y dorado. La morena llevaba un perfecto peinado con hermosos accesorios hechos de oro, además de preciosos aretes, anillos de diamantes y su destacante y hermoso hanbok con dibujos de flores y más flores bordadas con hilo de oro. Seria y con las manos entrelazadas al frente, con su perfecta postura y su maquillaje tradicional hecho por su propia madre.
Mientras que su hermano vestía también su fino hanbok color vino con dragones bordados con hilo de oro, con aquella cinta negra atada a su frente y su cabello recogido, la mirada al frente y superior, con las manos tras la espalda, dando a entender que era el primogénito, futuro rey y hueso sagrado.
En medio del salón como siempre se hallaba el soberano Min Yoon-Gi, con una cara de asesino que nadie le quitaba, serio, como siempre a gusto con su codo sobre el descansabrazos y su mano sujetando su mentón, estando su pierna del otro lado sobre el otro reclinabrazos del enorme trono. Vistiendo su elegante hanbok negro con dorado, el cabello como siempre recogido y la mirada filosa. Estando a su derecha su madre y a la izquierda su hermana, ambas también perfectamente preparadas y arregladas para recibir al prestigiado y esperado maestro que entrenaría a la élite, a los guerreros del rey. Los hwarang.
Los del reino contrario, el rey Kim Tae-hye y la reina Da Hye Yoon, estaban de pie juntos del lado derecho, junto al trono de la viuda reina Kim Sunny y madre del rubio pálido; estos también estarían presentes claramente como testigos e invitados especiales como desde un inicio. Ambos también serios y luciendo encantadores.
—Sólo quiero que esto acabe para irnos a casa —Respondió la seria princesa morena, sin siquiera girarse a mirar a este, mirando a los muchos invitados importantes abajo a cada lado de la amplia alfombra color vino que llegaba hasta los pies del trono del rubio amargado.
Tae prefirió guardar silencio y no hacer más preguntas o intentar aliviar la tensión en su hermana. Él sólo podía estar algo desesperado porque acabase la fiesta de bienvenida o lo que fuera, para que así el rubio Yoongi fuese a visitar a las tres costureras a prueba y con ayuda de algunos extras que se encargó de pedir para apoyarse y no fallar en su intrépido plan. Excluyendo ya a Inés puesto que esta era notorio que lo último que quería era verle a la cara al rey. Ella estaba muy frustrada y enojada, le contó con mucha decepción y desilusión, además de enojo, que casi besaba a alguien que ni respeta a su hermana, ella no quería casarse con nadie así, ni por salvar a un reino y miles de inocentes.
Su plan era posiblemente un poco fallido, pero no perdía las esperanzas. Ya luego irán conociendo cuáles fueron las picardías y travesuras que hizo... todo por recuperar a la costurera de preciosos ojos, hermosos labios y grandes mejillas. Y ahí se perdió, olvidándose de cualquier cosa que ocurría alrededor, sonaría raro y un poco peculiar para algunos, pero aún recordaba el perfecto cuerpo de esta cuando intentó levantarse con los vendajes puestos. Sus brazos, su piel, todo. Sacudió su cabeza levemente, debía concentrarse en la aburrida reunión. Sinceramente no le interesaba ningún maestro o eso, él no formaría parte de ese entrenamiento, así que ni le interesaba; esperen, ¿Él podía participar?
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The Min Dynasty [Min Yoon-Gi]
FanfictionLa arrogancia en contra de la humildad. Si eres arrogante, aunque lo tengas todo, estarás solo; mientras que, si eres humilde, incluso aunque no tengas poder, serás parte de la comunidad y representarás a la gente. El rey Min tiene un corazón endure...