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Un solo vistazo de Lan Wangji le bastó a Wen Ruohan para desear que el Jade omega de Lan se añadiera a su harem de concubinas.

Había divisado la figura estilizada del omega cuando éste estudiaba, mientras hacía su usual rutina de inspección, para asegurarse de que nadie dentro de las sectas principales tratasen de derrocarlo. Las sectas obedecían la ley, y la ley era él.

Por supuesto, conocía la existencia de Lan Wangji, el hermoso segundo príncipe de Lan, cuya magnificencia estaba en boca de todos. Un omega bello como la misma luna que brillaba sobre sus cabezas, y más capaz que la mayoría de los cultivadores alfas. Lan Qiren había hecho un gran trabajo escondiendo a esa joya que tenía por sobrino, un gran premio, para aquel que estuviera dispuesto a pelear por su mano, y haber ganado en ello. Sin embargo, para el infortunio de Lan Qiren, la ceñida protección bajo la cual mantenía al chico se había resquebrajado, permitiéndole al líder de los Wen dar un vistazo dentro. Desde entonces, para Wen Ruohan, Lan Wangji fue una cadena, una magnífica cadena de plata, que le permitiría contener bajo su yugo a Lan, cuando pusiese un cachorro en el vientre del omega. Aparearse con una criatura tan bella parecía incluso una linda adición.

Dejó Gusu sin comentar nada al respecto, pero pronto envió un pergamino, en el que expresaba su deseo porque Lan Wangji se uniese a su harem de concubinas. Fue políticamente correcto, insinuando que Lan Xichen podía negarse si así lo creía razonable, pero el niño Lan debía estar completamente loco si pensaba que tenía la mínima oportunidad de hacerlo realmente.

Sus nudillos se colorearon de blanco al recibir un "No" por respuesta, aunque técnicamente no lo era. Ellos también habían sido políticamente correctos. Agradecían a su Excelencia por fijarse en el segundo príncipe omega, pero debían declinar la oferta, puesto que Lan Wangji seguramente no le complacería, al ser solamente un joven que apenas dejaba atrás la adolescencia.

Entonces su hijo, Wen Chao, se encargó de entregar de nuevo el mensaje, ésta vez de forma más directa. Se apersonó en la entrada de Descanso en la nube, hiriendo de gravedad a uno de los discípulos que vigilaban la entrada. Traspasó la barrera, y caminó hasta el Hanshi, hogar del hermano mayor de Lan Wangji, y el líder de la secta. Ahí dejó claro que si su padre deseaba al omega, lo obtendría por las buenas, o por las malas, era su decisión. Xichen siguió meditando, pretendiendo no escuchar al hombre, pero cuando Wen Chao dejó claro que mientras más se resistieran a entregar a Lan Wangji, peor le iría a éste cuando estuviera en Ciudad sin noche; dejando entrever que su padre podría incluso compartir al omega con sus dos hijos; Lan Xichen apretó los puños, gesto que no pasó desapercibido por el Wen, quien soltó una risotada y dejó la habitación, gritando que tenía dos semanas para decidir si entregar a su hermano, o ver morir a su secta.

Detrás de Lan Xichen, oculto tras una pantalla de papel, Lan Wangji se aferró a sus túnicas, temiendo por su familia, y por sí mismo. Wen Chao no lo había notado, pero el omega jamás había abandonado el lado de su hermano, desde el primer aviso de su Excelencia.

*

El plazo ni siquiera se había cumplido.

Las primeras explosiones comenzaron a oírse alrededor de media noche, cuando todos dormían.

Lan Wangji despertó, siendo sacudido por su hermano, quien le urgía a levantarse y cubrirse con algo más cálido. Debían irse.

Mientras el joven omega se levantaba rápido y abría su closet, sacando lo primero que su mano sujetó, Lan Qiren entró apresurado, con la respiración agitada y el rostro plagado de angustia.

—¡Xichen, Wangji, deben irse!

—¡Tío! — Se quejó Wangji, yendo hasta el mayor, quien sujetó sus manos. Las lágrimas ya estaban presentes en sus ojos.

The dark red roses - Xianwang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora