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Shhh, despertarás a tu papá, Rabanito...

¿Te gusta estar aquí? ¿Te gustan las flores...? 

...habías visto el cielo. Eso no es normal... 

No volverá a hacerles daño, lo juro... Aunque deba morir protegiéndolos...

Las pestañas de Lan Zhan revolotearon finalmente, abriéndose de par en par, preguntándose aún por un momento dónde se encontraba, esperando hallar el mismo panorama sombrío que era su habitación en el palacio de Wen Ruohan, donde había perdido poco más de un año de su vida. La realización llegó a su mente y giró para encontrar a Wei Wuxian balanceando a su cachorro de un lado a otro; el pequeño parecía entretenerse, pero también lucía incómodo, Lan Wangji comprendió de inmediato qué sucedía.

—Tiene hambre — anunció, levantándose rápidamente, ya abriendo su túnica al sentir cómo comenzaba a humedecerse con leche. 

—¡Lan Zhan! ¿Te despertamos? Perdona — con un sonrojo avergonzado, el alfa le entregó al cachorro, para luego girarse, evitando mirar la piel desnuda del omega, quien lo agradeció, a pesar de no comprender sus acciones.

—Tenemos el mismo físico, Wei Ying, no es como si estuviera desnudo — dijo, mientras Yuan atrapaba entre sus labios el rozado pezón. Lan Zhan arrugó por un segundo el ceño, el pequeño había comenzado a desarrollar dientes.

El comentario le arrancó una risotada al alfa, quien se rascó la nuca con pena.

—Sé que nos vemos igual en el exterior, Lan Zhan, pero es... es una cuestión de respeto. ¿Qué clase de alfa sería si no puedo respetar siquiera eso? 

El omega sonrió de lado, dejando que el silencio inundara la habitación. Wei Ying hubiera sido el partido perfecto, aunque muy seguramente su tío no habría pensado lo mismo.

—Me hubiera gustado conocerte antes... — "de que me fuese arrebatado todo cuanto podía ofrecerte", quiso continuar, mas no lo hizo.

—Jaja... No lo creo, Lan Zhan. Yo... Yo atravesé una racha muy mala después de que mis padres murieran. Durante años me vi obligado a robar para comer, dormía en burdeles porque era lo único que podía permitirme con el poco dinero que ganaba exorcizando espíritus. No era la persona que soy el día de hoy... No, Lan Zhan, no te hubiera gustado...

Lan Wangji frunció el ceño y se levantó, caminando hasta estar frente al alfa, que se sorprendió y buscó fijar la mirada en los ojos contrarios; con un brazo sujetó al bebé y con su mano libre asió la del mayor, acariciando sus nudillos.

—No lo creo. Creo que Wei Ying siempre ha sido Wei Ying. 

El alfa sonrió, avergonzado, desviando la mirada por un segundo. Correspondió la caricia, rodeando la mano del omega y rozando su muñeca, justo sobre la zona donde podía sentir su pulso. Latía rápido y eso agrandó su sonrisa.

—Eres demasiado gentil conmigo, Lan Zhan. No lo merezco.

—Tanto como tú lo eres conmigo. Me salvaste, aunque no me conocías. Y decidiste protegerme, aún sabiendo de dónde venía — estipuló, acercándose un paso más.

La mirada intensa del alfa le coloreó las mejillas, parecía que luchaba con todas sus fuerzas por contenerse.

—Lan Zhan... cuando te ví ahí... fue como si te conociera de toda la vida. Es extraño, ¿no lo crees? 

—No lo es — replicó el omega de inmediato, frunciendo el ceño. —Yo... por alguna razón, cuando te vi-

La interración fue interrumpida por un balbuceo del bebé, quien comenzó a debatirse en su agarre. La burbuja íntima que habían creado se rompió, haciendo que Wei Wuxian diera un paso hacia atrás, recargándose en la pared contraria, y que Wangji sostuviera al cachorro contra su hombro, dándole golcecitos en la espalda para que eruptara, lo cual hizo segundos después.

The dark red roses - Xianwang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora