Alfa y Omega

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La semana pasada fue el cumpleaños de Ilpyo, había cumplido 13 y todos estaban ansiosos por esperar su presentación. Había expectativa por qué se presentará como un alfa, pero la mayoría que lo conocía podría jurar que sería un dulce y lindo omega. Pero muchas veces no vemos la realidad hasta que te golpea en la cara como un tren bala.

Fue terminando el entrenamiento, con el sudor empapando su cuerpo preadolescente cuando Ilpyo comenzó a oler un aroma a pradera después de la lluvia, cuando la humedad del agua alborota el aroma de las flores y es relajante y glorioso. Aunque no estaba en un prado, el lugar apestaba a feromonas de sus primas que se habían presentado como un par de alfas femeninas.

Es por eso que el aroma dulce y fresco no debería aparecer, además de eso el aroma se podía sentir en toda la habitación, no es normal.

- Huele demasiado bien - comento anonado Ilpyo mientras se quitaba la parte superior del dobok.

Los dientes le picaban, sobre todo sus colmillos, las ensias se sentían incómodas y extrañas. Además de que le ardía el estómago.

Por el contrario Mori se sentía horrible, su cabeza daba vueltas y su cuerpo se sentía demasiado caliente, no se sentía agusto con su propia piel. Lágrimas bajaban por sus ojos, su vientre ardía y dolía mucho. A Mori la tela del dobok le resultaba en estos momentos la cosa más áspera y horrible del mundo.

- snif, Ilpyo - sollozo Mori mientras se caía de golpe al suelo.

El suave llanto de Mori llamo la atención de Ilpyo.

- Mori, ¿Estás bien? - pregunto preocupado el mayor.

El dulce olor de las flores provenía se hizo más fuerte cerca de Mori, no debería ser posible, porque eso significa que Mori se está presentado y simultáneamente el también.

- Mierda - chillo Ilpyo asustado.

Se estaban presentando al mismo tiempo, y Mori se presentó como un omega y él como un alfa.

Mori podía sentir algo salir de entre sus piernas. Por Buda tenía 12 años, no podía estar orinandose, no frente a Ilpyo, no en un lugar que le garantizaba un buen castigo. Su rostro se torno de un rojo brillante al notar que la sustancia resbaladiza no provenía de su pene, si no de su culo. El llanto volvió a salir de sus labios, se sentía humillado y las lágrimas no paraba de salir.

En un momento el olor a café le inundó sus sentidos, era agradable y reconfortante. Algo en sus instintos le decía que debía acercarse, que estaría seguro con el dueño del olor, que ese era su compañero. Era un lugar seguro, cómodo. Que estaría protegido.

Ilpyo se acercó alarmado a un lado de Mori.

- Mori estarás bien, te llevaré con un doctor o algo.

Ilpyo levanto a Mori a pesar de lo avergonzado que estaba por la tienda de campaña  que se  formó en sus pantalones.

- Mori es prioridad - musitó decidido.

Mori se sentía protegido en los brazos de Ilpyo, eran fuertes y grandes. Sobre todo el aroma a café del desayuno, como el desayuno que aseguraba probar panesillos rellenos de chocolate. Era sin duda el paraíso encarnado, era hogar.

- Alfa - ronroneo Mori apegándose más al pecho de Ilpyo.

El joven y recién presentado alfa no podia evitar estrujar el pequeño cuerpo de Mori contra si mismo. Los cabellos chocolates jugaban en su rostro y lo llenaban del exquisito aroma a flores de Mori, era toda una experiencia. Ilpyo seguía olfateando a Mori y este respondía con un suave ronroneo e Ilpyo correspondía con un canturreo.

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