Más de un secreto

Cap 1

T/N Grindelwald, muchos pensarán que era imposible que él tuviera una hija, pero en este mundo todo es posible, era su hija, mitad bruja y mitad vampiro. Esto ya tiene un poco más de lógica, ya que los vampiros son inmortales, y eso era lo que estaba buscando Grindelwald, aparte de las reliquias de la muerte, la inmortalidad. No pudo conseguirla por su parte y pensó que su linaje e ideales seguirían en un primogénito, no había ningún problema, pensó, pero no contaba con qué fuera niña, él esperaba un varón, pero cuando recibió a esa pequeña criatura y vio esos ojos iguales a los suyos, no pudo resistirse, lamentablemente se dio cuenta de que él no podía cuidarla, no lo malinterpreten, él adora a su hija, pero era demasiado peligroso, así que tenía que tomar unas medidas extremas, antes de fingir su muerte le escribió una carta a su amado amigo, Dumbledore, en la cual decía:

"Querido amigo, si lees esto estoy muerto, como era de esperarse, pero dejé a alguien que no puede quedarse sola, su madre se fue después del parto, por favor cuídala, como si fuera tu hija, solo te pido un favor, que continúe usando mi apellido, será lo único que ella tendrá de mí. Sé que sabrás que decir si preguntan por su apellido.
PD: Es mitad vampiro, cuidado!."

Y así fue como Dumbledore se hizo cargo de esa pequeña criatura, no le mintió, le contó cómo había sido su padre y también le contó que ella era mitad vampiro, de su madre no se sabía mucho, por ende no pudo contarle más. Lo que Dumbledore ignoraba, es que Grindelwald estaba vivo y además se mantenía en contacto con su pequeña, ella era muy astuta y Grindelwald le mandaba mensajes cifrados, los cuales ella a temprana edad empezó a descifrar. Cuando llegó el tiempo adecuado para entrar a Hogwarts, en 1938, ella ingresó, era lógico que su apellido despertaría sospechas, pero para eso estaba Dumbledore.

Cómo era de esperarse, entró a Slytherin.

Sombrero: Mm que tenemos acá, una Grindelwald, seguro que no eres tú, Gellert?
T/N: Mi nombre es T/N, un gusto conocerte.
Sombrero: Oooh con esos modales, estás segura de que quieres ir a Slytherin?
T/N: Obvio que quiero ir ahí
Sombrero: Espero que nos volvamos a encontrar pequeña Grindelwald... ¡SLYTHERIN!

No fue sorpresa para Dumbledore.
Esos años en Hogwarts fueron los más fascinantes para T/N, ya que todo lo que conocía era la casa de Dumbledore y con el único que hablaba aparte de él, era su padre.
Conoció a un niño llamado Tom Riddle, niño interesante, pensaba T/N, pero tenía algo raro, un olor extraño, que para el agudo olfato de T/N era a veces insoportable.

Un día mientras T/N leía tranquilamente, ese olor le llegó como una patada en la nariz, fue desagradable al instante. Ella solo quería que él se largará, pero hizo todo lo contrario, intentó tener una conversación con ella.

Tom: A sique es verdad que eres hija de Grindelwald?
T/N: ... Hola?... Sí, soy su hija, pero si quieres saber algo sobre él, pierdes el tiempo, él murió- le dijo sin apartar su mirada de esos ojos oscuros y fríos.
Tom: Es una lástima, tenía unas ideas muy fascinantes.
T/N: Como ya te dije él...
Tom: ... Pero al parecer no era tan grandioso como decía, si no, no estaría muerto- se dibujaba una sonrisa en su cara la cual desaparece en el instante que se da cuenta de que está en el piso con T/N sobre él, una mano de ella estaba en su cuello y la otra estaba lista para golpearlo, miró esos ojos que antes eran de dos colores diferentes, como los de su padre, que ahora estaban empezando a tomar un color rojo.

T/N: NO VUELVAS A DECIR ALGO SOBRE MI PADRE MALDITO MESTIZO Y NO TE ACERQUES A MÍ, TU OLOR ME REPUGNA!

Se levantó y se fue, dejando a Tom en el piso, sorprendido, ya que nadie lo había tratado así.

"Esa niña es más que interesante y no solo por su apellido, leí por ahí algo, pero no puede ser... ¿O sí? ¿Una vampira? Son muy difíciles de encontrar casi imposibles, pensé que eran un mito, pero... Al parecer Grindelwald si era tan grandioso como decía."