CAP 17

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Era él, aquel hombre que la abandonó, que la dejo con Dumbledore, el que de una forma u otra manejo su vida, el hombre al cual odiaba y amaba de una manera irracional y sin fundamentos. Como amas a alguien sin saber nada de él, como odias a alguien si jamás te ha hecho daño alguno. Las emociones que recorrían su cuerpo eran tan contradictorias que le causaron náuseas, el momento que tanto había soñado e imaginado, al fin había llegado.

En la mente de Grindelwald habían tantas ideas, antes de salir de su escondite y de prepararse mentalmente para lo que se venía, dudo bastante. Esta idea de visitar a su hija ya la había pensado años atrás, pero jamás había reunido el valor suficiente, pero este era el momento al fin se había decidido de que era el momento de al fin conocer en que se había convertido esa pequeña bebé que había dejado a merced de Dumbledore.

No era de extrañar que al lanzar el hechizo para que no pudiera mover ni un músculo, se sorprendiera al ver a una hermosa joven con sus mismos ojos su mismo color de pelo pero con una cara muy parecida a su madre. Era Claro que era hermosa y joven, pero, ¿ Por qué se veía tan joven? Debería de tener unos 30 y algo si es que no es más, tenía que averiguar cómo lo había hecho, la piedra filosofal no tenía nada que ver en esto.

Hizo bien en poner el conjuro antes de acercarse a ella, ya que pudo notar que su primera impresión y sus primeros movimientos eran dirigirse a su varita, no tenía duda alguna de que ella hubiera atacado aunque se tratase de su padre, era una Grindelwald después de todo.

- vaya vaya nunca dejas de sorprenderme pequeña - dice acercándose cada vez más a ella.

- de verdad eres tú?

- el mismísimo en persona - haciendo una reverencia.

- por qué has venido hasta acá?

- es lo único que tienes que preguntarme después de tantos años?

- tengo muchas cosas que preguntar pero no creo que hayas venido por una reunión familiar.

Esa mirada fría con la cual lo miraba le destrozaba el alma, a él, al hombre más frío y soberbio que podía existir, jamás se había sentido así por la mirada de una fémina, pero ella no era cualquiera, esa su hija, sangre de su sangre, su desprecio le dolía. Pero sabía ocultar bien ese sentimiento.

Se trató de imaginar que habría sido de la vida de ella, si se hubiera criado con él, pero era un idea que no le gustaba para nada, vivirían huyendo y eso, no era vida para su princesa. Dejarla con Dumbledore no era de todo su agrado, pero sabía que en sus manos estaría a salvo, además confiaba y estimaba a Dumbledore, a pesar de tomar caminos diferentes, tenían historia juntos.

- De hecho princesa, vine precisamente para eso, para hablar contigo, creo que es momento de que al fin nos conozcamos. - dice acercándose cada ves más a ella.

- Porfavor no me hagas reír, tuviste tiempo suficiente, porque ahora... - dice algo dudosa.

No confiaba mucho en él, tenía sus razones, porque confiaría en alguien que es un total desconocido para ella, nunca estuvo, nunca se preocupó realmente por ella y su visita tan inesperada no hacía más que levantar sospechas sobre él.

- Se que no confías en mí, se que fui un gran cretino al alejarte de mí, pero déjame contarte mi versión de la historia, la verdad que hay detrás de todo lo que te pasa, de como eres, tus dudas las resolveré yo...- dice en un tono bastante serio y convincente.

No había duda alguna, las palabras de él le llegaron al corazón a ella, al fin podría resolver todas sus dudas, las respuesta las tenía justo al frente de ella. No tenía nada más que perder y necesitaba resolverlas y también sabía muy bien que Dumbledore jamás podría responder a esas preguntas. Sin contar que siempre oculta cosas.

Más de un secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora