Tres meses habían pasado desde aquel día en que la pasión entre Ohm y su esposo había hecho relucir su relación. Ahora, la habitación se veía sumida en una atmósfera grisácea, iluminada por la débil luz del día nublado. Las grandes ventanas, empañadas por las gotas de lluvia caídas la noche anterior, parecían preservar la melancolía del paisaje exterior. Mientras Ohm se encontraba en el baño, peinándose frente al tocador, se preparaba para descender y asistir a Nanon en los preparativos de la cena que ofrecerían esa noche.
Con una sonrisa reflejada en el espejo, Ohm abandonó la habitación y descendió por las escaleras con determinación. La exquisita fragancia proveniente de la cocina inundaba el ambiente, desatando su apetito y deleitando sus sentidos.
Ohm inhaló profundamente, deleitándose con el delicioso aroma que invadía la cocina. Sus ojos se posaron en su esposo, quien se encontraba frente a la imponente isleta, hábilmente cortando tomates con un afilado cuchillo de plata. Con una mezcla de anticipación y cariño, Ohm se acercó sigilosamente por detrás, envolviendo a Nanon en un abrazo afectuoso y depositando un suave beso en su hombro.
—Mmm... ¿Qué maravillas nos has preparado esta vez?— preguntó Ohm, dejando escapar un susurro lleno de expectación mientras sus dedos se deslizaban con ternura por el cálido cuerpo de su esposo.
—No es momento de ser acaramelados, tenemos poco tiempo y los invitados no tardaran en llegar.— respondió Nanon, apartándose suavemente del abrazo de Ohm, consciente de que el tiempo apremiaba y los invitados pronto llegarían. Dejó los tomates sobre la sopa que burbujeaba en la cacerola sobre la estufa, enfocándose en la tarea que tenía entre manos.
Ohm, con los labios entreabiertos y el corazón palpitante, observó a su esposo continuar con su receta. Nanon se giró hacia él, dejando la tabla de cortar y el cuchillo sobre la isleta. Una sonrisa pícara se dibujó en el rostro de Ohm mientras cruzaba los brazos, desafiante.
—¿Ahora?— preguntó con una ceja alzada, su sonrisa inclinada hacia un lado. Nanon se mantuvo firme, resistiendo a las tácticas de Ohm. —Aún no, tengo mucho por hacer.—respondió, dirigiéndose hacia un costado de Ohm, quien rápidamente lo tomó del brazo y lo atrajo hacia sí.
—¿De verdad me vas a dejar sin mi beso?— cuestionó Ohm con una expresión de súplica en su rostro, buscando hacer mella en la resolución de Nanon. Este último esbozó una sonrisa incrédula, sus ojos brillando con complicidad. —¿Qué clase de juego es este? ¿Estás tratando de ser dramático para hacerme ceder?— continuó, cruzando los brazos en un gesto desafiante.
Ohm respondió con una media sonrisa, disfrutando del juego entre ellos. —¿Está funcionando?— preguntó con picardía, manteniendo su agarre suave en el brazo de Nanon, mientras la tensión entre ellos aumentaba, cargada de complicidad y deseo.
—Por supuesto que no.— respondió con firmeza, borrando la sonrisa de los labios de Ohm. Él lo soltó, carraspeando incómodo, mientras sus ojos vagaban por la elegante y moderna cocina que compartían. En ese instante, Nanon captó su mirada y, con una tenue sonrisa, dejó escapar una exhalación resignada.
—Está bien— dijo, poniéndose de perfil mientras Ohm lo observaba de reojo.
Una sonrisa se dibujó en los labios de Ohm, reflejando la emoción que hacía brillar sus ojos. Se acercó lentamente a su esposo, como si una corriente de energía los uniera, y le plantó un suave beso en la mejilla.
—¿Feliz?— preguntó Nanon, mirándolo directamente a los ojos.
—No, aún no.— respondió Ohm en tono suave, sintiendo el cálido aliento de Nanon acariciando su rostro. Con delicadeza, se acercó al rostro de su esposo, sintiendo cómo la electricidad llenaba el ambiente, mientras se preparaba para sellar el momento con un beso en los labios. Sin embargo, en ese preciso instante, la campanilla del horno comenzó a sonar, rompiendo el hechizo del momento.
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Sadness (OhmNanon)
FanficOhm y Nanon eran amigos cercanos que compartían una conexión especial que, con el tiempo, evolucionó hacia un amor profundo y duradero. Juntos, experimentaron la alegría y la felicidad de compartir sus vidas el uno con el otro, sumergiéndose en una...