Capítulo 5- Tensión

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Por las bulliciosas calles de Bangkok, Nanon caminaba mientras los últimos rayos de sol se despedían de la ciudad, regalándole una cálida sensación que se reflejaba en una sonrisa radiante. Disfrutaba del calor envuelto en su conjunto ligero y casual, caminando con paso seguro hasta que finalmente llegó a una clínica dermatológica. Al traspasar la puerta, el ambiente fresco y una decoración minimalista en tonos blancos le dieron la bienvenida. Una suave melodía de piano resonaba en la sala de espera, que se encontraba en silencio y vacía, creando una atmósfera tranquila mientras Nanon avanzaba hacia el mostrador.

—¡Buenas tardes!— saludó amablemente a la recepcionista. —Tengo una cita a nombre de Korapat Kirdpan.

—De acuerdo, permíteme revisar— respondió la joven mujer, verificando el sistema de citas en su monitor. Nanon le dirigió una sonrisa amistosa y esperó pacientemente. En ese momento, se escucharon voces acercándose por el pasillo, captando la atención de Nanon.

—¡Muchísimas gracias, doctor!— dijo un hombre joven al salir del pasillo. —He notado grandes avances con su tratamiento. Le estoy muy agradecido— expresó con gratitud mientras extendía la mano para estrecharla con la del médico.

—No hay de qué, estamos aquí para servirte. Con gusto te espero dentro de un mes— respondió Jimmy, ataviado con su impecable bata blanca, correspondiendo el apretón de manos con diplomacia. Luego, dirigió su mirada hacia Nanon, quien se estremeció al notar su mirada fija.

—Joven Korapat, es un placer volver a verte por aquí— dijo Jimmy acercándose a su amigo con una sonrisa amistosa.

—Lo mismo digo— respondió Nanon, sintiendo cómo el rubor subía a sus mejillas ante el encuentro.

—Bien, ¿pasamos?— agregó Jimmy, señalando el camino hacia el consultorio.

Con un gesto de asentimiento, Nanon acomodó el tirante de su bolso y comenzó a caminar por el pasillo, siguiendo a Jimmy.

Después de unos minutos, Nanon se encontraba recostado bajo la brillante luz blanca del consultorio, mientras su amigo, ahora con lentes y una mascarilla, examinaba minuciosamente la piel de su rostro. El ambiente se llenó de un tenso silencio, solo interrumpido por el constante tic-tac del reloj en la pared detrás del escritorio. Sin embargo, Nanon decidió romper la tensión y entablar una conversación.

—¿Estás seguro de que esto va a funcionar, Jimmy? He probado tantos tratamientos para mi piel, pero parece que nada da resultado.

—¡Claro que sí, Nanon! Estoy seguro de que mi última técnica de rejuvenecimiento dérmico te sorprenderá. He estado trabajando en ella durante meses y he obtenido excelentes resultados con otros pacientes.— dijo Jimmy con convicción, transmitiendo confianza a su amigo.

Jimmy se acercó a una mesa llena de frascos y herramientas dermatológicas, eligiendo cuidadosamente una crema especial. Con manos expertas, comenzó a aplicarla suavemente en la cara de Nanon, siguiendo un protocolo meticuloso y preciso.

Nanon mordió su labio inferior, intentando relajarse mientras Jimmy comenzaba a trabajar en su piel. —Bueno, confío en ti, Jimmy. Sabes más sobre la piel que nadie que conozca— dijo, provocando una sonrisa en el rostro de Jimmy.

—Gracias por confiar en mí, Nanon. Sé que esto puede resultar un poco incómodo, pero en unos minutos empezarás a sentir una sensación refrescante y revitalizante.

Mientras Jimmy masajeaba suavemente la crema en la piel de Nanon, él cerró los ojos y se dejó llevar por la experiencia. Intentando aliviar la atmósfera, Nanon continuó con la conversación.

Sadness (OhmNanon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora