—No tengas miedo, jamás... Jamás haría algo que pudiera lastimarte —susurró Harry y entonces pareció pensarlo mejor y agregó con voz culpable, quizá recordando su momento infame con el sectumsempra—: Ya no. Nunca más.
Harry le había dicho aquello quizá porque, bajo su tacto, Draco había comenzado a estremecerse, su piel erizándose bajo las grandes manos del moreno. Pero Draco no tenía miedo. En ese momento, si había algo de lo que Draco podía estar tan malditamente seguro que apostaría toda su herencia monetaria y mágica, era que Harry era capaz de protegerlo aun a costa de su propia vida; mucho menos lo veía capaz de hacerle daño. Si Draco se había estremecido quizá había sido por el bochorno de estar tan expuesto, por la emoción y el deseo, por la expectación y la novedad. En el fondo, intuía que ser penetrado no era tan malo como lo hacían ver. Después de todo, Harry se había visto bastante feliz aquella noche cuando Draco se lo hizo a él.
Y en ese momento, Harry tenía a Draco bocabajo sobre una de las camas de la diminuta habitación que compartían en Grimmauld Place, cama también bastante diminuta como para acomodar a dos chicos así de crecidos, pero ¿quién se estaba preocupando por eso, si el objetivo era no estar cómodos sino...?
—Espera un segundo, Draco —dijo Harry de repente y quitó sus manos ardientes del trasero del rubio. Éste de inmediato extrañó su toque cálido y sintió un escalofrío.
Harry se levantó a apagar las luces, dejando solamente encendida una tenue lámpara de gas que estaba en el muro entre las dos camas. Buscó su varita y aseguró la puerta con magia, colocó un muffliato alrededor de ellos y, finalmente satisfecho, regresó a la cama con Draco, no sin antes sacar de su mochila la misma botellita de lubricante que había usado en la casucha de los Longbottom, allá en el Callejón Knockturn. La dejó sobre la mesita de noche, a su alcance.
Draco pasó saliva al ver esa botellita. Una punzada de pánico le agitó el ánimo, pero se obligó a tranquilizarse. Tenía entendido que la relajación era parte importante del proceso de "preparación", así que... Relajado debía quedarse. No tenía idea de que, posteriormente, ya cuando tuviera tiempo de recordar toda aquella escena en retrospectiva, se daría cuenta de que había sido el más estúpido del mundo al tener miedo, al creer que le dolería. Porque tal como Harry se lo había vaticinado, él iba a tomarse su tiempo para provocarlo con caricias y besos lentos; tanto, que Draco terminaría rogando porque lo penetrara.
Y en ese momento, todavía bocabajo con la cabeza ladeada para no perderse los movimientos de Harry y con el cuerpo tan tenso como tabla, Draco observó al otro chico sonreírle cálidamente antes de subirse a la cama apoyado con las rodillas y arrastrase hasta quedar encima de las piernas cerradas del rubio. Soltó una risita al ver lo nervioso que estaba éste.
—Oh Draco... —fue lo que dijo en un suspiro divertido y sofocado—. Si pudieras verte desde acá atrás, qué bonitas... espaldas tienes.
"Espaldas", sí cómo no, pensó Draco y resopló con sorna antes de brincar involuntariamente porque Harry había posado sus manos justo abajo de sus hombros, en sus omóplatos, suavemente, sin apoyarse, leve como el toque de una tela. Acarició la espalda de Draco y se dejó caer hacia delante, inclinándose hasta quedar encima de él, besando esa misma piel que tocaba, sacando la lengua para lamer cada centímetro mientras que con sus manos continuaba acariciando, reconfortando, reconociendo y haciéndose dueño. Sus manos no dejaban de pasearse por la espalda y los costados de Draco, moviéndose con soltura, acariciando con adoración y vehemencia.
Draco suspiró y comenzó a relajarse en medio de aquel tratamiento tan dulce y devoto... Porque era imposible no hacerlo. Harry era tan adorable y tan cariñoso; Draco se sentía inmensamente afortunado de ser el objeto de su... amor. Poco a poco, los besos de Harry fueron bajando por su espalda hasta llegar a sus nalgas. Sin quitar las manos de encima de Draco, Harry se incorporó y dijo con voz ronca:
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Bi-Curious (de PerlaNegra)
FanfictionDraco sabe bien que no es homosexual. Sabe que lo suyo es simple curiosidad. Y sabe bien que un Malfoy nunca se queda con la inquietud de indagar. SLASH HARRY/DRACO. AU que no toma en cuenta el último libro. Esta es una historia que escribió Perlita...