10. Cariño sincero y no menos que eso

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El beso se prolongó durante muchos segundos, quizá un minuto o dos... Era difícil decirlo porque el tiempo parecía contradictoriamente largo y corto a la vez; probablemente porque Draco no quería que aquello acabase y, al mismo tiempo, le aterrorizaba que alguien pudiese entrar en cualquier momento y lo descubriera aprovechándose así del convaleciente.

La urgencia inicial de Harry había mutado a una calma apasionada, como si al principio hubiese estado temiendo que el beso fuera a terminar abruptamente y quisiera aprovecharlo al máximo (Draco, maldita sea, podía comprenderlo muy bien). En cambio, ahora, Harry estaba besando a Draco con más conciencia, con ahínco y eficiencia, mordisqueando y succionando el labio inferior del rubio, sumergiendo la lengua en los confines de su boca, acariciando con ella su interior, ambos chicos emitiendo gemidos de necesidad y placer. La posición era un tanto incómoda pues Harry estaba bocabajo con la cabeza ladeada, pero, en aquel instante, la comodidad era lo que menos le preocupaba a Draco. Tenía que terminar con eso... tenía que... Pero diablos, se sentía tan bien.

No obstante, no tuvo que angustiarse por mucho tiempo más. Harry fue disminuyendo el ritmo del beso hasta que se quedó completamente quieto. Lentamente, dejó caer la cabeza hasta que la apoyó de nueva cuenta sobre la almohada. Draco, sin poder evitar cierta decepción porque el beso había finalizado, se incorporó y observó a Harry. Éste tenía los ojos cerrados y su respiración de nuevo era pausada.

Se había quedado dormido otra vez.

Draco se sentó recto en la cama, agradeciendo ese giro en los eventos. Necesitaba refrescar su ánimo y su libido, usar más el sentido común y ser menos impulsivo. Suspiró y se mordió los labios. Era importante dejar de besar a Harry de una vez por todas si es que no quería... ¿Cómo había dicho Snape? ¿Vincularse emocionalmente con un mago condenado a muerte?

Se llevó las manos a la cabeza. Aquello sonaba espantoso. Le era imposible visualizar un futuro donde Harry Potter no estuviese ahí para molestar o ser molestado.

Maldición. Maldito Snape, Dumbledore y todos. Maldita guerra y maldito Voldemort.

Mascullando insultos entre dientes, Draco tomó su varita y conjuró un tempus con un encantamiento de alarma que le avisara cada dos horas que debía ponerle el ungüento a Harry. Entonces, suspiró un par de veces mientras se quedaba ahí sentado rumiando en su mala suerte.

No fue consciente de que había dejado la mano izquierda reposando encima del hombro desnudo del moreno y que sus dedos lo estaban acariciando suavemente.

Aquella tarde transcurrió con relativa tranquilidad.

A la hora de la cena, Kreacher se apareció para avisarle que alguien venía. Draco le agradeció y luego observó a Granger, Longbottom, los dos hermanos Weasley y la madre de ambos, entrar casi de puntillas a la habitación. Algunos arrugaron la nariz al percibir el hedor de las pociones, otros (como Granger) tenían los ojos llenos de lágrimas y el semblante preocupado. Impactados por lo débil que Harry parecía, sólo se quedaron alrededor de su cama, contemplándolo. Draco, parado tras de ellos de brazos cruzados, cuidando de que no tocaran a Harry y diciéndoles chitón cada vez que alguien comenzaba a levantar la voz.

Afortunadamente, al comprobar que Harry estaba vivo pero muy dormido, optaron por largarse y dejarlos en paz. Molly le había llevado su cena a Draco, así que éste pudo comer ahí mismo sin perder de vista al chico.

Draco preparaba y aplicaba el medicamento como se le había indicado, y en muchas de esas ocasiones Harry ni siquiera despertaba. Si lo hacía, seguramente debido al dolor, Draco se apuraba a darle de beber. Por lo mismo, ya entrada la noche, Harry tuvo que levantarse para ir al baño. Draco lo ayudó a llegar ahí, medio arrastrándolo, medio cargándolo. Se pasó un brazo de Harry por encima de su hombro y a él lo sostuvo fuerte por su cintura desnuda, intentando con todas sus fuerzas no pensar en lo suave que era su piel.

Bi-Curious (de PerlaNegra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora