Libro 2.
Ella nació para resguardar la corona, pero jamás para tomarla.
La única mujer en la línea sucesoria lo que la coloca en el último lugar, incluso sus sobrinos estarían por delante de ella.
Todo esto la hecho ser rebelde, no ha nacido para co...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Eterno amanecer.
Uriel.
Verla dormir se ha vuelto de mis mayores pasatiempos.
Jamás había llegado a conocer cada detalle de su rostro como ahora, sus facciones, incluso su respiración.
Me siento como cada día, en mi sillón junto a su cama, cuidando su sueño.
—Hoy ha amanecido lloviendo, tu hermano Dorian me ha contado que los días de lluvia son tus favoritos porque tienes una extraña fascinación por el olor a tierra mojada que se desprende cuando la lluvia cesa. —le comento.
Tomo su mano y comienzo con los ejercicios de circulación.
—Podría ser un día perfecto para que finalmente despertarás, no te estoy presionando ni nada, pero no todos los días tienes la posibilidad de ver llover. —le sonrío. —Ellos están muy impacientes, esperando por ti, Carlie hasta mandó a qué te trajeran ropa como vestidos y tú hermano Adem ha mandado un cocinero del palacio, en cuanto le conté la buena noticia. —Hago una pausa. —Tus estudios ayer salieron muy bien, así que con tus otros médicos acordamos quitarte la medicación que te induce al coma hoy al anochecer.
Tomó su otra mano para seguir con los ejercicios.
—Todos están muy ansiosos con que despiertes, entienden que luego necesitarás terapia física y que aquí ya está todo equipado para eso, pero de igual manera ellos vendrán hoy a quedarse durante la noche contigo a relevarme, yo mañana en la mañana, antes de ellos se vayan estaré de regreso. Sólo iré a mi casa a ver qué todo esté en orden y a traer un regalo que tengo para tí, no he querido traerlo antes porque sabía que no podrías verlo, pero sé que pronto si lo verás princesita.
Un gran resplandor ilumina la habitación, acompañado de un fuerte estruendo hace eco, y la lluvia comienza a pegar más fuerte sobre la ventana.
—Solo espero que esto cese un poco o ellos no podrán llegar pronto, igual no te preocupes, yo no me moveré de aquí hasta que ellos lleguen.
Acercó la bandeja de medicamentos, solo para observarlos detalladamente.
Tomó una crema hidratante y comienzo a pasárselo por sus manos y brazos.
—Me he asegurado de que tu piel no se reseque, deberás darme las gracias luego, me ha costado bastante encontrar cuál era la crema adecuada, porque tus hermanos estaban muy intensos preguntando por qué preguntaba cosas como esas, y tú habitación ha permanecido bajo llave desde el día que fuiste ingresada, supongo que han querido preservar tú intimidad bajo toda costa, pero Carlie ha hablado con Aritza creo que es que se llama, la chica que te ayuda a arreglarte y ella no dudo en decirle cuál era la crema hidratante que usas.
