Capítulo 1: Confusión

415 22 9
                                    

“No le creas...” Sonaba entre sueños en un dulce eco que se repetía cual disco rallado.

"Dolor"... Entre la oscuridad de mi conciencia recién tomada fué lo unico que logré identificar mientras mis sentidos despertaban. Juraba que me había caído una enorme piedra en la cabeza, no encontraba otra explicación para esta sensación. Me negaba a abrir los ojos, sentía un rayo de luz que calentaba mi cara. Que molesto.

Sentía como mi cuerpo comenzaba a despertar. Mis manos se movían en una frenética búsqueda de algo suave con lo cual taparme, a pesar de todo sentía frío, desgraciadamente mi esfuerzo fué en vano. Intenté moverme pero inmediatamente me inquieté, estaba recostada en algo demasiado sólido y frío, esto no era mi cama, probablemente me había caído y eso explicaría mi dolor de cabeza, aunque... ¿cómo no me había despertado ante tal caída?, mi cama se encontraba en una litera en la parte mas alta de mi cuarto ¿realmente tengo el sueño tan pesado?

Me giré y acomodé ambas manos sobre el suelo para lograr un impulso y poder levantarme. Abrí mis ojos lentamente pero un enorme y pesado sentimiento confusión y preocupación recorrió mi cuerpo al notar peculiares gotas rojas manchando mi piso. Provenían de mí.
Me las arreglé para mantener mi peso en una sola mano y con la otra examiné mi cara. Efectivamente, esa sangre estaba saliendo de mi, específicamente de mi nariz. No estaba asustada, lo más probable es que al caer de la cama aterricé con la cara y provocó que me desmayara. Joder, era realmente muy loca para dormir.

Me senté en el suelo mientras todavía analizaba toda la situación cuando un recuerdo invadió mi cabeza; Era yo sentada en el parque comiendo un helado junto con Adrien. André (el heladero) estaba frente a nosotros con su carrito sirviendo más helados para sus clientes mientras decía que estaba muy felíz de vernos juntos y tan enamorados. Adrien había reído ligeramente ante el comentario, procedió a verme y acariciar mi mejilla mientras decía que estaba más que enamorado de mí. Había sentido mi corazón latir como el de un colibrí, mis mejillas ardieron y mi vista se bendeció ante la hermosa vista que tenía de Adrien frente a mi dándome una cálida sonrisa mientras un atardecer hermoso iluminaba su tan bello y perfecto rostro. Adrien se acercaba lentamente a mi con todas las intenciones de terminar su destino en mis labios pero... Mierda, ya no recuerdo más, ¿Por qué?
Esto es demasiado extraño, no recuerdo que pasó después, como llegué a mi casa, que cené ni mucho menos en que momento me quedé dormida. Nunca me había pasado algo como esto.

- Hija, cariño, ¡Adrien ya ha llegado por tí! -
Una suave y amable voz interrumpió mis pensamientos. Era mi madre llamando desde abajo. Escucharla me hizo reaccionar y ver el reloj, eran las 12:30pm. ¡Joder! ¡¿Había dicho que Adrien llegó por mi?! ¡¿TENEMOS UNA CITA JUSTO AHORA?!
Me levanté rápidamente en dirección a mi lavabo para ver qué tan deformada tenía mi cara por el golpe pero de fortuna solo derramaba sangre. Lavé mi cara e intenté detener la hemorragia poniendo dos pedazos de papel en mis fosas nasales.

- Cariño ¿Está todo bien?- cuestionó preocupada mi madre a través de la escotilla al no obtener respuesta.

- S-sí mamá, ¡dile que en un momento bajo!- grité mientras intentaba ponerme un vestido que encontré colgado en mi espejo. Al parecer ya lo había escogido la noche anterior.

- Está bien, si necesitas ayuda dime. - Dijo mientras se alejaba bajando las escaleras que llevaban hacia mi cuarto.

Logré ponerme el vestido, me peiné, maquillé, me puse mis zapatos y agarré mi bolso alistándome así para salir, pero todavía faltaba algo.

- ¡Tikki! - susurré un poco alto para que mi madre no escuchara, estaba segura de que aún seguía abajo.
Tikki no aparecía.

- Tikki, ¿En dónde estás?, Tenemos que irnos rápido, ¡Adrien ya me está esperando!- dije mientras caminaba a paso veloz hacia mi cama esperando encontrala dormida ahí, aunque sería raro verla dormida a estas horas, normalmente ella es la que siempre me despierta a mí.

Eso nunca pasó (Chat Blanc AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora