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Cuando Lisa despertó de su sueño profundo, lo primero que vio fue la luna nueva, que acababa de salir, asomándose por una ventana con cortinas. Por instinto, calculó el tiempo que faltaba para la siguiente luna llena, poco menos de dos semanas. Siempre era lo primero que pensaba al despertarse, llevar la cuenta de su ciclo era un instinto inconsciente. Que la sorprendieran desprevenida era una preocupación irracional, pero eso no aliviaba el miedo de Lisa ni su desconfianza en su propio cuerpo.

Desorientada hasta que notó a Jennie acurrucada entre sus brazos, Lisa recordó lo que la había llevado al apartamento de Jennie y lo que había sucedido entre ellas, y su respiración se aceleró. A pesar de la reacción instintiva inicial de Jennie, su salida había salido mejor de lo que podía imaginar. Jennie no la había rechazado, aun sabiendo toda la verdad. Al parecer, incluso había permitido que Lisa se durmiera en su cama, aunque Lisa no recordaba cómo había llegado hasta allí.

"Estabas agotada". Jennie respondió a la pregunta no formulada de Lisa, con la voz ronca por lo dormido. "Después de hablar, prácticamente te desmayaste".

Lisa no recordaba nada más allá de haberse transformado en tigre y haberle contado a Jennie un largo e incoherente resumen del último mes y medio. Que se hubiera despertado con Jennie a su lado parecía una buena señal. "¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?"

Jennie se dio la vuelta para mirar el despertador. "Unas ocho horas".

"¿Qué?" Lisa se sentó bruscamente, sorprendida y avergonzada por haber tomado prestada la cama de Jennie durante casi todo el día. Habían hablado tal vez media hora antes de que Lisa se durmiera. Después de haber estado separadas durante las dos últimas semanas, no era suficiente reconciliación para justificar que la casa de Jennie fuera tratada como un hotel. "Lo siento mucho. No he dormido mucho y sólo..."

"Porque has estado muy ocupada cuidándome". Tirando suavemente de la muñeca de Lisa, Jennie la animó a tumbarse de nuevo. "Lo sé. Proporcionarte una cama es lo menos que puedo hacer para agradecértelo".

Lisa se sonrojó. Proteger a Jennie ya no era un acto totalmente desinteresado.

Ahora que se habían reconciliado, la seguridad de Jennie era lo único que importaba. Instintivamente, Lisa sabía que perder a Jennie significaría perder una parte de sí misma, la parte que la hacía humana. Jennie no sólo era su conexión más real con el mundo humano, sino que ella sola había borrado la soledad de Lisa y la había convencido de que podía tener las mismas cosas que la gente normal. Amor. Felicidad. Un futuro.

Acariciando el rostro de Jennie con el dorso de la mano, Lisa murmuró: "Hasta que Kwon Jiyong esté bajo custodia, quiero quedarme contigo las veinticuatro horas del día. Si no te sientes cómoda llevándome al trabajo contigo, puedo vigilar de otra forma. Simplemente no quiero irme de tu lado".

"¿Puedes dormirte cuando cambias de forma sin volver a la humana?"

"No." Lisa se esforzaba por expresar sus pensamientos con palabras. Explicar algo que apenas entendía era, en el mejor de los casos, difícil. "Mi cuerpo parece tener un impulso o una tendencia a conservar su forma natural. Si pierdo el conocimiento cuando estoy transformada, suelo despertarme yo misma. Desnuda. Lo cual es embarazoso". Hizo una pausa y se rió tímidamente. "Sabes, ahora que estoy hablando de esto, me doy cuenta de que no sé tanto sobre lo que puedo hacer como debería. Nunca me he puesto a prueba. Casi siempre he tratado de evitar todo el asunto".

"Ya no", murmuró Jennie. "Y por mucho que aprecie tu protección, si vas a vigilarme durante el día, tienes que empezar a dormir por la noche. Si estamos encerradas en mi apartamento y tú estás en la cama conmigo, no veo ninguna razón para que sigas agotándote de esta manera."

Feroz┃JENLISAWhere stories live. Discover now