Sonó el timbre de clases y todos salieron al recreo. Jess estaba sentada con sus amigas en un banco, eran las típicas amigas de las que siempre puedes confiar porque sabes que pase lo que pase te van a estar apoyando en cualquier momento, aunque sea a su manera. Ellas eran Marina, su mejor amiga, y Lucía y Ariana que eran mejores amigas entre ellas. Hablando de tonterías, riéndose de todo, ... Ya sabéis... Después de todo era lo normal. Jess sonreía al suelo vergonzosa, aunque feliz. Marina, Lucía y Ariana ya sabían que la pasaba, estaba enamorada, pero ¿de quién? Eso todavía era un inmenso misterio. Así de repente, un balón de fútbol chocó con el banco y un chico moreno se acercó a cogerlo, perdón, dijo él. Jess alzó la cabeza y vio que se trataba de Andrés, se sonrojó y sonrió diciendo que no pasaba nada. Andrés también vergonzoso la devolvió la sonrisa y se fue de nuevo para seguir jugando al fútbol. En aquel momento las amigas de Jess ya sabían del supuesto príncipe que había robado el corazón a su amiga. Aquel momento fue también mágico, parecía haberse sacado e un cuento de hadas.