capitulo 3.

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Estoy en la cocina bailando y cantando a todo lo que da mi voz mientras hago la mezcla para la tarta de mango. Con ayuda de mi hermana, que había llegado ¿hace unas horas? Bueno no importa. Le había contado a Margaret todo lo qué pasó, desde cuándo conocí a Louis, hasta ese ataque que tuve. No hemos vuelto hablar sobre el tema y se lo agradezco con el alma. Le hice prometer que no le diría nada a Jorge. Su esposo. Es muy sobreprotector conmigo y no quiero que se meta en problemas por eso.

Después de que la tarta estuviera Piqué dos rebanadas una ella y otra para mí, nos fuimos a la sala a ver una película. La quinta ola.

—Estás segura que no quieres hacer una denuncia? — me pregunta cómo por enésima vez. Pongo los ojos en blanco y la miró.

—Estoy segura — aveces me pregunto que por qué le cuento las cosas y me acuerdo que es mi hermana y se me pasa. Pero en serio, por qué no respeta mi decisión, entiendo que sea su papel como hermana mayor preocuparse por mí y hacer que entre en razón. Pero que por lo menos intenté respetar las decisiones que tomo. Como le voy a contar a la policía que a ese loco se le volvieron los ojos rojos. Ni siquiera a Margaret se lo conté! Me crea loca si le digo eso. También omití el nombre de Louis. Que por qué? No sé, el no hizo nada malo, su único trabajo fue salvarme. Dos veces. Me acuerda la voz de mi interior.

—Bueno, y qué tal él chico que te salvo? — me pregunta después de un rato de silencio.

—Qué pasa con él? — pongo en pausa la peli para prestarle atención. Me gusta ver a la persona cuando le estoy hablando o viceversa, no sé siento qué no me presta atención cuando no me mira y no creo que sea justo qué solo sea yo a quien le interese la conversación o cualquier cosa que estemos haciendo.

—Es lindo? — ya sé por dónde va, la sonrisa qué tiene me lo dice todo. No entiendo la necesidad de querer buscarme novio. Apenas tengo 21 años. Tampoco estoy necesitando a un novio. Pongo los ojos en blanco.

—No —si. Digo en mi mente. Hay que decirlo aunque sea en mi mente, Louis es muy lindo.

—Ni siquiera un poquito? — insiste.

—Para nada — es guapísimo. Bueno, si nos ponemos a pensar bien, no le estoy mintiendo. Me a preguntado que si es lindo y no lo es, es guapo y hay una gran diferencia entre gentes lindas y guapas. Así que no le miento del todo. Ahg! A quien en engaño. Claro que le miento. Si no le mintiera no le esconderia el nombre de él enmascarado y lo que pasó con el hombre y sus ojos — podemos olvidar el tema? — inclinó la cabeza hacia un lado.

—Bien — aprieta los labios. Margaret siempre hace eso cuando ve que perdió en una conversación casi discusión, y lo acaba de hacer. Yeah Punto para mi. Celebró mentalmente. Seguimos viendo la película que teníamos puesta.

Después de terminar la película, comimos la torta de mango con una taza de leche. Es un gusto de las dos, siempre tomamos taza de leche con la tarta que hago o viceversa, no importa el sabor del pastel. Mamá nos dejó esa maña, desde que éramos pequeñas siempre nos daba tarta acompañado con una rica taza de leche. Decía que así era que se acompañaba el postre, no importaba si era de chicas, de fresa o arándanos, la leche nunca faltaba, muy pocas eran las veces nos lo daba con té de manzanilla. Mi favorito.

Margaret y yo seguimos hablando de la vida, nuestra infancia, presente y imaginando algún futuro. Cuando Jorge llegó por su esposa, guarde unos pedazos de tarta para que so lo lleven ya que mi hermana no quería llevarla toda y dejarme sin nada. Ya estando sola me fui a mi habitación para darme un baño y quitarme este olor a harina que llevo encima. Me quito la ropa y entró la ducha, abrí la llave dejando que el agua me moje completa de pies a cabeza. Agarró la esponja de baño y el gel que es de coco. Me frotó la esponja ya con el gel por el brazo derecho, limpio mi cuello, nunca antes de pasar para el brazo izquierdo. Sin poder evitarlo una imagen invade mi mente, más bien una fantasía y no cualquier fantasía. Una fantasía sexual, aquí mismo en el baño. Estoy maquillandome. Cosa que nunca hago. Siento como alguien me abraza por detrás y me besa la nuca. Su mano baja el tirante de mi franela dejando unos de mis senos al descubierto, lo toca.

Hermanas ( Mónica )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora