capitulo 4.

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Seguimos tomando nuestra taza de chocolate en silencio. En cada momento que podía, lo veía de reojo, en cambio él no a dejado de mirarme como si no pudiera apartar la vista de mi, como si fuera lo más bello o feo que a visto. Dejo la taza ya vacía en el fregadero, me pongo a ver la lluvia, intento pensar en otra cosa que no sea en él hombre que está sentado en la silla del desayunador mirándome fijamente.

— Quieres dejar de mirarme así —le pregunto sin dejar de mirar la lluvia.

— Lo siento —oigo como la silla se mueve cuando él se levanta. Lo miró. Hasta sus movimientos son sexy. No puedo evitar pensar mientras lo veo, él pone la taza junto la mía. Coge la esponja y le echa un poco de jabón —es que me das curiosidad —alzo una ceja.

— Yo? No tienes que hacer eso —me refiero a fregar las tazas. No me hace caso, me ensorojo al recordar que él tampoco me hacía caso en mi fantasía del baño. Él sonríe.

— Si, me preguntó cómo es que siempre te metes en problemas.

— Siempre? — el deja la esponja en su lugar y se seca las manos con la toalla qué está colgando de la estufa. Me mira.

— Si, recuerdo que el día de la fiesta él mismo hombre que te atacó te había molestado —se cruzo de brazos apoyándose en la maceta— que tiene ese hombre contigo?

— No sé, nunca lo había visto —me volteó quedando frente a él. Esa pregunta también me rodeaba la mente. Que quiere ese hombre de mi? Por que me atacó? Quien es? Dios mío. Louis me mira de pies a cabeza y se queda mirando una zona específico. Bajo la cabeza donde el está viendo. Por Dios. Me volteó.

——Lindo trasero —puedo jurar que está sonriendo —puede ser más grande, pero es lindo.

El color rojo ya no cabe en mi rostro. Me está viendo el trasero! Regreso a mi posición anterior pero está vez me cruzo de brazos tapandome por encima de poloche

— Me pregunto cómo se sentiría en mis manos —esta jugando conmigo lo se, tiene una sonrisa burlona en su rostro. Pero aún así siento vergüenza. Siento como si me estuviera desnudando con la mirada. Sus ojos me acarician de arriba a abajo. Camina donde estoy, retrocedo y mi espalda queda contra la pared. Lo miró con la boca semi abierta. Respira. Louis me aprieta los brazos y pone unos dedos en mi pezón por encima de mi polo y lo aprieta. Lo miró sorprendida.

— Q que haces? —le pregunto aún sorprendida y excitada a la vez.

— Averiguando algo —dice mirando la zona que toca.

— Averiguando algo? —me río para no soltar un gemido.

— La suavidad de tu piel —dice como si nada, como si fuera normal hacer eso.

— P pero..para eso.. tienes... —espera, que estoy diciendo?  Me pone tan nerviosa que ya no se lo que digo. Mi cerebro no piensa con claridad.

— Si eso es lo que quieres —mete la mano por mi poloche y acaricia mi pezón.

— Louis —cierro los ojos.

— Dime —susurra en mi oído. ¿En que momento se acercó tanto para acabar en mi oreja?— quieres esto Mónica? —aprieta mi pezón otra vez. Se siente bien escuchar mi nombre en sus labios. Arqueo la espalda. Louis apoya su frente contra la mía —que bien se siente tenerte otra vez —me dice empezando a masajear suavemente mis senos. Si, entró su otra mano a mi poloche. Cuando? No me di cuenta.

—Que? —otra vez? Él se aparta, mira por la ventana.

— A dejado de llover —me mira— tengo que irme.

— Pero...— lo sigo a la sala estoy aturdida con lo que acaba pasar en la cocina, pero escuché muy bien lo que dijo. Otra vez? Que significa eso.

— Gracias por todo Mónica —abre la puerta y se va.

Hermanas ( Mónica )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora