Mi nombre es Maria de los Angeles Becerra, pero prefiero que me digan Mari, no tengo una vida muy divertida, al contrario, considero que mi vida es una mierda y todo el mundo opina lo mismo sobre mi.
- hola mi amor - saludó mi mamá cuando entre a mi casa, sonreí con boca cerrada al verla
Bueno, quizás no todo el mundo opine lo mismo, ella es la excepción.
- hola ma - me acerqué para que me de un beso en la frente, siempre me saluda así
- como te fue? - pregunta después de dejar su beso
- como siempre - respondí y solté un suspiro mientras dejaba la mochila en el piso - Juan Manuel?
- nose, desde anoche que no vuelve - respondió Irene con la cabeza gacha
- ya va a volver, siempre hace lo mismo - traté de consolarla acariciando su espalda
Después de eso me dirigí caminando hacia la escalera, pero su voz me detuvo.
- no vas a comer?
- no ma, no tengo hambre - sin nisiquiera darme vuelta, ya había empezado a subir un par de escalones
- tenes que comer hija, nunca comes nada
- no tengo hambre mami - dije desde la escalera sin dejar que siga hablando
Ella solo suspiró y dejó de insistir, yo me arrepentí de mi trato pero solo seguí caminando hacia mi cuarto, a hacer mi rutina de todos los días, taparme hasta la frente e intentar dormir para ignorar que estoy viva.
...
- Mari - logro escuchar después de varios llamados que sentí alejados
- mmh? - respondí sin nisiquiera abrir los ojos
- me acompañas al super? - preguntó mi mamá
- no tengo ganas - seguí sin moverme
- dale hija estas todo el día tirada, pasemos un rato juntas - insistió
- no tengo ganas te dije
Ella solo suspiró y cerró la puerta, abrí los ojos y me quede mirando al techo, como de costumbre se me hizo un agujero en el pecho, pensando en que preferi hundirme en mi frazada antes que pasar tiempo con mi mamá, una vez más.
Una vez más después de tantas propuestas a hacer cosas, decidí desaprovechar mi vida y mi tiempo con ella, por tan solo estar tirada en la cama, llorando y lamentandome, cuando lo podría cambiar en este instante, pero no tengo voluntad.
Pasaron las horas tirada en mi cama, durmiendo la mitad de la tarde y llorando la otra mitad; unas ganas tremendas de hacer pis me invadieron, asi que me tuve que levantar para ir al baño.
La vista se me puso en negro y mi cuerpo cayó devuelta a la cama apenas quise pararme, pasa que hace días que no como, sin notarlo, solo tengo el estómago cerrado, así que después de ir al baño decidí por fin bajar a comer.
- ma, hiciste comida? - pregunté terminando de bajar las escaleras, la vi sentada en el sillón
- no - responde seca
Sospeché que estaba llorando, por su voz y por el movimiento rápido que hizo con las manos para limpiarse la cara, me acerqué a ella y lo comprobé, tenía los ojos rojos y cristalizados.
- que te pasa? - sentándome al lado del ella
- nada - sin correr la mirada del tele
La quedé mirando esperando otra respuesta, nadie llora por nada.
- la peli, me hizo llorar - siguió sin mirarme
Mi mirada fue directo al televisor, nosé que peli era pero los actores estaban muy felices como para ser un drama, o como para que este llorando a estas alturas de la película.
- y yo me chupo el dedo - dije dirigiendo nuevamente mi mirada a ella
Solo agachó su cabeza refugiandola en sus manos y comenzó a llorar devuelta, la abracé sin dudarlo un segundo y no pude evitar soltar unas lágrimas yo también, porque aunque no me había dicho nada, sabía muy bien porque lloraba.
No nos dijimos nada, solo nos quedamos abrazadas llorando, cosa que se repite bastante seguido desde hace ya unos meses.
La puerta de mi casa se abrió, haciendo que las dos dirigamos la mirada hacia allá, para ver entrar a mi hermano, Juan Manuel.
- se van a pasar la vida llorando? - pregunta después de cerrar la puerta
Estaba borracho, se notaba en la forma de hablar y como se apoyaba en la puerta, es normal, hace ya un tiempo no lo veo en estado de sobriedad.
- donde mierda estabas? - me pare del sillón secandome las lágrimas para ir a enfrentarlo
- que te importa chusma - respondió para después pasar por al lado mio chocandome el hombro
- sos un imbecil
- Maria! - me reta mi mamá parandose el sillón
- yo soy un imbecil? - dándose vuelta para mirarme, el olor a alcohol que tenía te hacia doler la cabeza - la imbecil sos vos que hace meses que estas tirada en una cama, solamente salis para ir a la escuela y a veces ni eso, depresiva
- Juan! - vuelve a gritar Ileana, ahora para callarlo a el
- Juan que? tengo razón o no tengo razón? - siguió peleando mi hermano - se desvive mamá para estar bien por nosotros y vos lo unico que haces es encerrarte en tu pieza - acercandose a mi
- y vos chuparte todo el dia Juan manuel me estas jodiendo? no te vengas a hacer el buen hijo acá porque sos el mas mierda - respondí mientras se me cortaba la voz
- basta! - grita mi mamá harta interponiendose entre los dos - se supone que tendrían que estar mas unidos que nunca después de todo lo que paso, porque se siguen arruinando la vida así? - no pudo elevar mucho la voz porque se le cortaba
Nos quedamos en silencio, yo retuve mis lágrimas para no empeorar la situación, note algunas correr por la mejilla de mi hermano e Ileana solo hacia fuerza para dejar de llorar.
- ahora Maria hacete de comer y vos anda a bañarte - dirigiendose a Juan Manuel
- se me fue el ham...
- no se te fue nada! vas a comer! - me interrumpe antes de que pueda terminar de hablar
En el ambiente no voló una mosca, agaché mi cabeza y caminé hacia la cocina, mi hermano subió para bañarse y mi mamá volvió a sentarse en el sillón.
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DESAFIANDO AL DESTINO
Novela JuvenilElla un poco apagada y el muy empeñado en devolverle la luz, se enamoran para demostrar que con la compañía indicada si se puede desafiar al destino - Maria Becerra y J. Rei