Capítulo 2. Un pasado doloroso

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Los personajes utilizados en esta historia no son de mi propiedad. Créditos a sus respectivos autores.

Después de una larga noche de trabajo, Goku bostezó mientras preparaba el desayuno. Esas últimas noches habían sido agotadoras y casi no había dormido. Sin embargo, el olor de la comida que preparaba era suficiente para tenerlo despierto.

— Te ayudaré con eso — la voz de una chica lo tomó por sorpresa.

— Ah, hola Liz. No sabía que ya habías despertado — Goku la saludó mientras sostenía una cuchara en su mano.

— El aroma de lo que cocinas es lo que hace que abra los ojos. Es la primera vez que duermo tan bien después de mucho tiempo.

Goku ladeó su cabeza y se sintió intrigado al respecto.

— ¿Acaso no dormías bien antes?

La expresión de la chica mostró un poco de tristeza y enojo al mismo tiempo. Goku comprendió que ella no quería hablar al respecto y continuó con lo que hacía.

— Voy a ayudarte con eso. Yo también sé cocinar, ¿sabes? Es lo mínimo que puedo hacer ahora — ella le dijo tomando un delantal de la pared.

Goku aceptó su ayuda y ambos se dispusieron a preparar todo. Al concluir varios minutos después, ambos se sentaron para degustar la comida.

— Vaya, esto está delicioso — exclamó Goku comiendo apresuradamente.

Liz miró con ojos sorprendidos la velocidad a la que él comía. A pesar de que ya lo había visto por algunos días seguía asombrándose por eso.

— No sabía que fueras tan buena en esto — Goku le dijo con una gran sonrisa.

— Sé hacer muchas cosas, no solo era luchadora en el bando enemigo. Aunque debo decir que tu comida también es deliciosa — ella respondió mirándolo.

— Hubo una época donde tuve mucho tiempo libre así que decidí aprender a cocinar mejor — Goku dijo al tiempo que metía un gran pedazo de carne en su boca.

La chica permaneció algunos segundos en silencio y después preguntó algo.

— ¿Por qué?

Goku movió sus ojos hacia ella con confusión.

— ¿Por qué te arriesgaste a salvarme ese día? Todavía sigo preguntándome la razón de eso. En aquella ocasión dijiste que todos merecían una segunda oportunidad, pero tú no me conocías en lo absoluto.

Liz esperó ansiosa una respuesta mirando a Goku con ojos penetrantes. Por otro lado, el saiyajin permaneció en total calma y una vez que terminó de masticar e ingerir su comida respondió.

— Fuiste honesta en tu forma de responder mis preguntas. Tal vez no lo creas, pero puedo sentir cuando una persona miente o no tiene buenas intenciones. No perdía nada ayudando a alguien como tú que estaba en problemas.

— Claro que perdías algo. No solo pudiste haber perdido tu puesto como caballero sagrado sino tu vida por proteger a una criminal — ella refutó con algo de enfado.

— Si te soy honesto, no me agrada mucho ser un caballero sagrado. Solo lo hago por los combates contra otros reinos y los monstruos, pero sobre todo porque de esa manera puedo defender a personas inocentes de las amenazas que ponen en riesgo sus vidas. Incluso si ese día el resto de caballeros sagrados me hubieran atacado, yo podía defenderme de todos — declaró Goku sin preocupación.

— Ahora que lo dices, todos parecían tenerte respeto. ¿Qué rango posees entre los caballeros sagrados de este reino? — Liz preguntó curiosa.

Ummm. Creo que es diamante, no es algo a lo que le ponga mucho interés.

Consecuencia del deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora