Los personajes utilizados en esta historia no son de mi propiedad. Créditos a sus respectivos autores.
Sufrimiento, rencor, angustia, tristeza, arrepentimiento, culpa, ira. Incontables emociones y sentimientos albergaban el corazón de aquel que acababa de perder todo. No podía soportarlo, quería alejarse todo lo posible, alejarse de esa horrible realidad.
—¿Qué haces? ¿En verdad te irás de esta forma?
Goku ignoró las preguntas que resonaban en su mente. No quería escuchar ni saber nada en un momento así.
—Ella te pidió que no te culparas por lo que sucedió. No puedes simplemente aislarte mientras te lamentas. ¿En dónde está el Goku que siempre se levantaba sin importar lo horrible de la situación?
Goku detuvo su vuelo al escuchar esas palabras. Se mantuvo en silencio, mirando a la nada. Lo único que había en su mente era una chica, la misma chica que le hizo ver el mundo de manera distinta.
—Déjame traerla de vuelta.... Por favor... quiero estar con ella.... Quiero formar la familia que tanto habíamos soñado los dos....
Ante la petición de Goku, solo hubo silencio. Varios segundos incómodos invadieron el lugar mientras el pelinegro esperaba una respuesta. Después de un momento que duró bastante para Goku, la otra voz contestó.
—No puedo hacerlo. Tú mismo juraste no hacer uso de las esferas del dragón para tu propio beneficio. El deber del guardián es guiar a aquellos con un deseo muy profundo, asegurarse de que no se trate de algo banal. Eres el único que entiende el riesgo que implica la corrupción de las esferas del dragón. En verdad lamento lo que sucedió, pero ya no puedes depender de ese poder mágico.
Goku simplemente permaneció en el mismo lugar, sin cambiar su expresión en lo más mínimo. Por supuesto que comprendía todo, él mismo abandonó todo lo que quería en el pasado por esa promesa. Pero ese era el precio por salvarlos.
—Tienes razón, Shen Long. Yo lo entiendo, pero esto que siento es difícil de explicar, ¿sabes? Liz era lo más importante para mí, ella fue quien le dio sentido a mi nueva vida en este mundo. Siempre ignoré lo relacionado al amor, no sé si es debido a que soy un saiyajin o porque simplemente no lo comprendía. Si no hubiera aceptado ir a esa tonta misión, ella estaría con vida. Ella estaría conmigo....
Goku apretó con tanta fuerza sus puños que los hizo sangrar. Sin querer verlo de esa manera, Shen Long tomó una decisión.
—De acuerdo. No puedo dejarte usar un deseo, pero voy a ayudarte. Quieres verla nuevamente, ¿no es así?
El Son se impactó por sus palabras y asintió rápidamente.
—Bien. Lo primero que tienes que hacer es regresar a ese lugar. Incluso si estabas cegado por la ira, te aseguraste de protegerla durante la explosión, ¿verdad?
—Por supuesto. Jamás le haría daño.
Después de responder, Goku regresó hasta donde antes era el reino de Danafor.
Lo único que se podía ver era un enorme cráter, con humo saliendo por todas partes. Goku se adentró con cautela entre el espeso humo. Su mirada cambió por completo al detallar a Liz en el centro. Ella y todo lo que la rodeaba por unos cuantos metros era lo único que quedó intacto después de la explosión.
Goku no soportaba verla de esa manera. Deseaba tanto que le sonriera de forma dulce o que lo regañara por hacer algo que no debía. Cualquier expresión de ella alegraba su corazón siempre. Él la sostuvo entre sus brazos con delicadeza y luego comenzó a volar.