09 - Hermano

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–La noticia de que Nakamura Gou está desaparecido ya está comenzando a circular– la mujer, una alfa de carácter fuerte, no se molestó en saludar a subhijo.

Sanji suspiró, las ojeras bajo sus ojos y su cabello despeinado eran muestras de su estrés.

Ya habían pasado cuarenta y ocho horas sin que nadie encontrara al omega, ya pesar de que tanto la familia Yamada, como la familia Nakamura intentaban mantener el tema en secreto, no lo estaban logrando del todo, y ya se escuchaba el rumor de que el omega cambiaformas no estaba en la casa de Sanji para "conocerse mejor", tal como le habían dicho al mundo.

Sanji se había encargado él mismo que mandar sus guardias personales para ayudar a la policía a buscarlo, no habían tenido más éxito que el de haber encontrado un sector donde Nakamura Gou tenía "más posibilidades" de estar.

—¿Yamada Sanji, me estás escuchando, niño?

El castaño alzó la vista para ver a su madre, estaba muy cansado para discutir.

—Si, mamá–respondió sin más.

—¡Estamos en una crisis y sigues sin escucharme!

Sanji no contestó.

—Diré la verdad— dijo, haciendo que su madre se callara.

La señora Yamada quedó sorprendida ante la respuesta tan segura de su hijo.

—Sanji, piénsalo bien— dijo—, no vas a reducir a la prensa que está afuera o tu estrés por decirlo. Al contrario. No dejarán de molestarte y-

>> Si damos la noticia al público, de forma oficial, abriendo un caso de búsqueda, que no tiene que ser cien por ciento expuesto, sólo unos datos importantes, para que la gente deje de hacer chismes y pueda ayudar un poco.

Su madre no tenía palabras.

—Sé que no es una decisión que tenga que tomar solo— continuó Sanji—, tendré que llamar a los Nakamura para que me digan si están de acuerdo o no, su familia tendrá la última palabra.

Se escuchó a alguien golpeando la puerta del cuarto de Sanji, el castaño supuso que sería su mayordomo, dijo un "Adelante", y el señor abrió la puerta, sin pasar al dormitorio.

— No queremos a nadie de ninguna revista, ni diario, ni de la televisión— la señora Yamada no dejó a su hijo hablar.

Sanji no dejó que la mujer le dijera nada, y salió de la habitación para dirigirse a la sala de estar.

Típica de una familia millonaria, era muy amplia y los espacios vacíos sobraban, por más muebles modernos, decoraciones o libros que nunca leería que adornaran el lugar.

Sanji se sintió un poco abrumado, su olor no era tan fuerte como el de ese alfa.

La otra persona se levantó del sillón y lo rodeó antes de que él pudiera acercarse mucho más.

—No creo que para ti sean tan buenas, Sanji San — dijo, a Sanji le pareció raro el informalismo.

— ¿Venía a algo? — preguntó, aunque sólo para ser más educado que ese chico.

Sanji asintió, se lo esperaba.

— Pido que no digas nada cuando salgas, aún no lo hemos hecho público— el pelirrojo asintió—. Pero sí, Nakamura Gou desapareció hace dos días, camino hacia aquí por…

– El arreglo de su mate– completó el otro–. Sí, lo sé, soy uno de sus candidatos.

Sanji se interesó un poco más en el otro de repente.

Seguramente sus padres le dirían que aquel chico era su rival, pero en una competencia que él no quería ganar, ese pelirrojo podría ser más como un aliado.

– Ya que aclaré la realidad–habló el chico–. He venido a ayudarte, a buscarlo, y a encontrarlo.

Sanji sintió un poco menos de peso en sus hombros ante las palabras del otro.

– Mí hermano, medio hermano, en realidad. También desapareció, y si puedo ayudar a que alguien no sufra como mí familia lo hizo, lo haré.

Sanji sonrió un poco.

– Te agradezco– dijo–, sé que los Nakamura también lo harán. Pero aún no sé tú nombre.

–Oh, cierto– el pelirrojo rió un poco, estiró su mano hacia el castaño–. Soy Minagawa Kenzo, dime Kenzo directamente.

Sanji estrechó la mano del alfa.

— Disculpa, pero no he escuchado nunca de ti, Kenzo— dijo Sanji con una sonrisa amable.

– No me sorprende– dijo Kenzo –, no soy de aquí, vengo de Daegu. Me esperaba que está sea la primera vez que escuchas de mí, me alegra en parte.

Sanji quedó un poco sorprendido por el que viniera desde tan lejos.

– Supongo que ya sabes mí nombre– dijo, a lo que Kenzo asintió–. Te invito a quedarte a cenar, podemos preparar unas palabras para prensa, ya que también ayudarás a encontrar a Nakamura Gou.

>> Pensaba en hacer un pequeño discurso para el público mañana, estaría muy feliz que me acompañes.

Kenzo no se negó, y pasaron el rato que quedaba antes de la cena hablando con la señora Yamada, quien terminó siendo totalmente convencida de dejar que su hijo (ahora acompañado por aquel pelirrojo), hablara al público.

Luego llamaron a los padres de Gou, quienes también estuvieron de acuerdo en revelar la desaparición del omega, confesando que también habían hablado de ello, y agradeciendo que fueran los jóvenes quienes hablarán, ya que todavía estaban bastante afectados.

Él solía ir a reuniones con sus padres de más gente adinerada como él, y aunque el pelirrojo frente a él no hubiera ido, su madre le había mencionado otros tantos candidatos para Nakamura Gou, y tampoco recordaba su nombre de aquel entonces.

Sanji quedó un poco sorprendido por el que viniera desde tan lejos.

Kenzo no se negó, y pasaron el rato que quedaba antes de la cena hablando con la señora Yamada, quien terminó siendo totalmente convencida de dejar que su hijo (ahora acompañado por aquel pelirrojo), hablara al público.

En la cena, Sanji, su madre y Kenzo hablaron de cosas sin importancia, ya que los dos jóvenes preferían organizar las palabras que dirían sin intervención de la señora Yamada.

— No, no, está bien— dijo Kenzo, sonriendo amablemente—. Es un tema difícil, pero no es algo que se deba callar, porque sigue siendo importante.

— Lo lamento— dijo la señora Yamada, Kenzo asintió—, ¿Hace cuánto fue eso?

–Ya van poco más de dos años– respondió.

Sanji asintió, a pesar de que Kenzo decía que no tenía importancia, no quería que contará algo que pudiera afectar, y menos porque su madre le había preguntado.

–¿Cuál es su nombre?– preguntó Sanji, Kenzo pareció sentirse aliviado porque el castaño había hablado en tiempo presente de su hermano, no como varias personas hacían de hablar en pasado de él, algo que sí lo molestaba.

– Katsumoto Satoshi – respondió simplemente.

Se me están acabando los nombres y apellidos japoneses

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Se me están acabando los nombres y apellidos japoneses. 💀

𝘋𝘦𝘭𝘵𝘢 ♡ 𝘚𝘢𝘵𝘰𝘨𝘰𝘶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora