26 - Bella Durmiente

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Caminando torpemente por el pasillo aún algo dormido, Satoshi arrastró los pies hasta que llegó al comedor.

En menos de un segundo, sintió unos brazos rodearlo en un abrazo, apretando lo suficiente como para hacer aparecer una mueca en su rostro, enfocó su vista en el cabello naranja rojizo de quien lo abrazaba.

— Kenzo, vas a romperme— murmuró, con apenas aire por la fuerza del abrazo.

Su hermano lo soltó al instante, alejándose un poco, para aún sosteniendo por los brazos, murmurando un "Lo siento" varias veces, mientras sonreía.

Satoshi respiró el olor familiar del pelirrojo, arrugó un poco la nariz, nunca había sido su aroma favorito, y era más fuerte de lo que recordaba, sonriendo, para que Kenzo dejará de pedir disculpas.

— Tienes que tomar algo— le dijo Kenzo, un poco más tranquilo—. ¿Puedes caminar? ¿Te ayudo?

Satoshi negó, por más que le hubiera servido la ayuda de su hermano quería hacerlo solo, por orgullo, al llegar a la mesa, se sorprendió cuando Koharu acomodó una silla para que se sentara.

— ¿Quieres un té? — preguntó la Pelirosa—. Normal, saborizado, con miel...¿O prefieres una chocolatada?

Satoshi lo pensó un momento.
—Creo que quiero algo que me haga más dulce… Chocolatada —Dijo—. Por favor.

Koharu asintió, fue hasta la cocina para preparar lo que le había pedido.

Satoshi volvió a mirar a su hermano se encontró con la mirada de Kenzo sobre él, y sabía que iba a comenzar a habalr de lo que él no quería en cuanto vió su expresión.

— ¿Sabes cuánto te extrañamos?

"Mierda" pensó, Satoshi frunció sus labios en una mueca, sabiendo que el otro iba a empezar la conversación que no quería tener, no sabía si había creído que durarían más tiempo sin hablar del tema pero no se sentía listo, quería disfrutar un poco más su companía, ponerse feliz de tener a su hermano e ignorar esos dos años.

— N-No puedo volver a casa, no sabes lo que... Yo no soy-

—Ya lo sé, Sato —lo interrumpió— Dios, ¿Creías que no sabía? Nuestra familia es de las más importantes en Tokoshima. ¿Crees que no contratamos detectives privados? ¿O que no mandamos a unos cuantos a recibir un par de golpizas porque no querían hablar?

El azabache quiso desaparecer, cerró con fuerza los ojos, frotando su rostro, quería llorar y quería que la tierra lo tragara.

—¿Por qué no nos dijiste? ¿Por qué te fuiste sin más?

Satoshi negó varias veces, se sentía avergonzado, sintió a su lobo presente, como si hubiera una amenaza y él estuviera cerca como para controlar la situación.

— No quería decirlo— murmuró—. Es vergonzoso, es horrible, me sentía mal conmigo mismo... No quería que me vieran como una vergüenza.

— ¿Preferías dejarnos? — el tono de Kenzo era firme, era directo y sin piedad—. ¿Sabes todas las posibilidades que pensamos de lo que había pasado? ¿Que habías muerto, que estabas secuestrado en algún lado? ¿Sabes todo lo que pasamos para al final consolarnos con la idea de que sólo estabas desparecido?

Satoshi sentía que podría llorar en cualquier momento.

Se hizo un silencio incómodo, quizás Kenzo había hablado un poco más alto de lo que debía, y Koharu lo había escuchado, con algo de miedo porque la chica lo supiera, Satoshi miró tímidamente hacia donde estaba la rubia, quien no hizo ningún gesto mientras dejaba la taza de chocolatada sobre la barra, para luego rodearla y dejarla frente a Satoshi.

𝘋𝘦𝘭𝘵𝘢 ♡ 𝘚𝘢𝘵𝘰𝘨𝘰𝘶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora