The one-Sterek.

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Comienzan a salir a escondidas. Los entrenamientos se realizan en lo que quedó de la mansión Hale, así que cuando todos se van (nadie soporta estar allí), Stiles y Derek fingen pelear para poder compartir algo de tiempo juntos.

El peli-negro no quiere apresurar las cosas. No quiere que Stiles se siente presionado en nada. Él sabe por Kate lo que es sentirse incómodo con alguien.

Cuando tienen sexo por primera vez, lo hacen en la que anteriormente era la habitación de Derek cuando era adolescente. Habían estado viendo una película en la sala, sentados en unos cojines en el suelo con una laptop frente a ellos. Stiles había comenzado a besarlo, necesitado y Derek lo había seguido. Su lobo y él ansiaban demasiado ese momento.

Pero, aún así, había dejado que Stilinski tomara las riendas. Había quitado la remera de Derek entre besos y risas y se había sentado en el regazo del peli-negro, deshaciéndose bajo los labios cálidos del chico y de sus manos.

Hale los había llevado a ambos a su habitación cuando ambos solo estaban en sus boxers, dejándolo caer sobre el colchón mientras ambos reían. Las mejillas de Stiles ardían y su cabello era un desastre, en todas direcciones. Derek estaba seguro de que su cabello estaba en las mismas condiciones porque las manos inquietas de Stiles tiraban de él cada que lo besaba o lo mordía.

Entonces lo tomo allí, con las mantas cubriendolos, la oscuridad de la mansión abrazandolos y los ojos de Stilinski brillando de emoción. Hale había sido gentil y cuidadoso, acariciando el pene de Stiles con cuidado cuando ya se encontraba en el interior del chico, follandolo.

Stiles gemía bajo Derek, riendo y mordiendo al mayor de vez en cuando.

Cuando ambos terminaron, el peli-negro se recostó a un lado del más joven, rodeando su cálido cuerpo con uno de sus brazos. Beso la frente del chico y luego la punta de su nariz. Stiles lo observa con tanto amor que el pecho de Derek se sentía pesado por la emoción.

-¿Te sientes bien?.-Habia preguntado el mayor. Stiles había acariciado su rostro con una sonrisa en sus labios.

-Nunca me sentí tan bien.-Le había asegurado. Luego lo beso, repetidas veces, incluso beso una cicatriz que Derek tenía de cuando era niño, murmurando que lo hacía ver aún más sexy.

Esa noche, habían follado una vez más. Y pronto, se volvió su pasatiempo favorito.

(...)