✧༺ Veintidosavo capítulo༻✧

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Hola, pequeño. ¿Qué haces tan solo por aquí?

El infante recibió una caricia en sus cabellos café oscuros, girando su cabeza para encontrarse con el rostro de es joven que tan importante era en su vida.

Mis padres están ocupados, así que decidí venir aquí para leer un pocole enseñó su libro de tapa dura, mostrándole una inocente sonrisa—. Me lo regaló mamá.

Ya veo. Tu madre tiene muy buenos gustosaseguró, tomando asiento a su lado, debajo de ese árbol que les regalaba protección de la luz intensa de aquel día de verano—. Este autor es de mis favoritos, en lo personal siento que sabe plasmar en sus obras varios de los sentimientos que he tenido a lo largo de mi vida.

Que interesante, hyung. Pero... ¿no sería mejor que escribieras lo que piensas? Quizá sirva para desahogar cada uno de tus pensamientos más ocultos.

Wow, ese es un consejo muy sabio. Puede que algún día lo haga, en el pasado me gustaba mucho escribir, aunque quiero saber algo.

¿Sí? cuestionó con curiosidad—. ¿Qué sucede?

-¿Desde cuándo un nene de doce años puede escucharse como alguien tan maduro? Me llenas de orgullo, no te haces una idea, pequeño.

Muchas gracias, todo es gracias a mis padres.

El niño expresó con orgullo, observando a lo lejos la gran casa en la que sus progenitores estaban, ocupándose de todos sus asuntos de "adultos" como los buenos líderes que eran.

No me cabe duda, te han criado muy bien—le devolvió la sonrisa, esa sonrisa tan bonita y especial según el menor que le analizaba con admiración—. ¿Puedo acompañarte un rato o prefieres estar solo?

¡No, quiero que me acompañes por favor!

Entonces así será, Sang.

El menor movió su cabeza, asintiendo repetidas veces a lo dicho por el joven de cabellos castaños con el que sabía que podía compartir cualquier cosa.
A fin de cuentas, él pertenecía a su atesorada familia.

—Ah, otra vez ese jodido sueño...

El brujo se incorporó de la cama, estirándose en el proceso para destensar cada uno de sus músculos. Caminó hacia la ventana de su habitación con la intención de abrir las cortinas para que la suave luz solar de la naciente mañana ingresara en el reducido espacio.

—Ya estoy harto de esta maldita rutina, Jeon. Lo único que quiero es acabar contigo y con todo lo que te importa. Solo así podré ser feliz después de tanto tiempo.

El hombre murmuró para sí mismo, viendo el paisaje detrás del vidrio de la vieja casa en la que vivía. Ese era el refugio en el que podía pasar desapercibido de las miradas curiosas, porque a nadie en aquel vecindario le importaba conocer al ser solitario y extraño que ahí residía.

—Lo bueno es que podré lograr mi meta con esta reliquia que me otorgó los poderes necesarios para dañar a tu gente en el pasado—con cuidado tomó la joya conocida como krystallos, la cual descansaba sobre su pecho al estar colgando en su cuello—. Ya no tienes donde escapar, porque cuando encuentre la oportunidad perfecta, desearás no haber salido de tu jodido escondite.

Con esa promesa en mente se dispuso a realizar su rutina de todos los días, dirigiéndose hacia la cocina en donde prepararía su desayuno porque a pesar de ser "inmortal", seguía teniendo necesidades con la intención de irse a trabajar como conserje en uno de los centros comerciales más grandes de la ciudad.

Bad (Good) Decisions; TKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora