Capítulo catorce

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Gritos, sangre, guerra y dolor.

Todo eso rondaba en la cabeza de Jungkook mientras aún seguía inconsciente.

Habían pasado cinco horas y aun no despertaba.

El príncipe Jimin lo llevó a la planta alta del castillo, pues la planta baja estaba hecha pedazos.

Cuando se aseguró de que estuviera en buenas manos, las de su madre de corazón, se dirigio nuevamente a la planta baja.

Tenía que cumplir su promesa y ayudar a los hombres que habían sufrido heridas.

Mientras tanto el pelinegro se removia en sueños, como si luchara por despertar.

—Estoy aquí hijo—repetía Hana mientras tomaba su mano—Tranquilo, todo acabó

De pronto, Jungkook despertó.

Estaba exaltado y asustado.

Apenas abrió sus ojos intento correr hacia la puerta, más no tenía las fuerzas suficientes y cayó de rodillas al suelo.

—Hijo, espera—lo tomo por el brazo y lo ayudo a levantarse—Tranquilo, recuestate

—¿Donde esta Jimin?

—Recuestate por favor, estas muy débil

—Mamá dime ¡¿Donde esta?! 

—Iré por él si te recuestas y te tranquilizas

El pelinegro, con lentitud, se recosto.

Todo su cuerpo dolía.

—Mamá por favor, trae a Jiminnie...—rogó

Su madre asintió y se dirigio a la salida.

Segundos después la puerta se abrió, dejando ver a un Jimin cubierto de tierra por ayudar a remover los escombros.

—Jungkook...—dijo con sus ojos llenos de lágrimas

Pues la imagen que tenía en frente lo paralizó.

Luego de que Hana limpiara el cuerpo de Jungkook, las cicatrices salieron a la luz.

Estaban en su pecho y en su espalda.

—Jiminnie, lo siento mucho, lamento todo esto, por favor no me odies, por favor...

—Shh...—se acerco y tomó su rostro entre sus manos—Nada de esto es tu culpa, no tienes que pedir perdón

—¿Que te paso?—dijo al ver el cuello del príncipe cubierto de vendas

—¿No recuerdas nada?

—Solo...—trato de recordar—solo recuerdo que no podía detenerme, recuerdo que no quería seguir haciendo daño pero era muy doloroso resistirme... ¿Esto te lo hice yo?—colocó su mano sobre las vendas

—No, tu me salvaste. Pero no es necesario hablar de eso ahora ¿Cómo te sientes?

—Eso no importa ¿Cómo están todos? ¿Cuanto daño hice?

—Todos están bien, hemos perdido algunos guardias pero no es tu culpa, tu no tenías control de tus acciones

—Soy un monstruo...

—No, eres muy valiente, eres un caballero. Mi caballero que jamás rompe sus promesas

El pelinegro lo miro a los ojos
—Desearía haber hecho más para resolverlo

—Deja de pensar así, estamos vivos y el reino está a salvo gracias a ti, no creas que eres el villano

—Si llegaba a pasarte algo...

BELAMOUR -kookmin- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora