El teléfono vibró sobre el escritorio de Rick, emitiendo un tono de llamada molesto que lo hizo gruñir y alcanzarlo cuanto antes. Pretendía ignorarlo, pero decidió responder cuando vió el nombre de Alice brillando en la pantalla, no sin antes rodar los ojos y suspirar.
-¿Qué?- Respondió inmediatamente el hombre en cuanto se estableció la cobertura.
-¿Rick? Uhm te llamo porque... uhm... ¿Puedes venir a mi departamento? Yo... Te necesito aquí...- Habló entrecortadamente la voz femenina por la otra línea, Rick se masajeó el ceño antes de hablar.
-Alice, no pued-do ir cada vez que quieras, estoy oc-cupado.- Se levantó para buscar otra cerveza en la nevera.
-Pero...- No le dejó acabar cuando zanjó la conversación de golpe.
-La r-respuesta es No y ya esta. No voy a ir, n-no es una urgencia, no estás en peligro. Si lo estuvieras n-no estaríamos teniendo esta urpps c-conversación, nos vemos mañana, o el miércoles, o cuando sea.- Expiró rápidamente todas estas palabras, antes de colgar el teléfono y volver a su bebida y a su ciencia.
Dejando al otro lado de la escena a Alice ahogada en sus propias lágrimas, enterrada en las mil mantas de su cama que poco a poco se la había estado tragando. Hasta hacerle imposible escapar de ella. Al principio, empezaron siendo mañanas perezosas, luego tardes cansadas en las que dormía hasta que tenía que ir al trabajo. Los días se repetían y pasaban de una forma devastadora para ella, los días que no eran larguísimos eran demasiado cortos. Las noches en las que no dormía eran las peores. Como remedio se dió a las pastillas, a las autolesiones e incluso al alcohol que había jurado nunca tocar. Poco a poco su vida se fue resumiendo a una agonía en la que todo lo que la rodeaba se evaporaba lentamente. Había alejado a sus amigos de ella, a sus familiares y ni su pareja se dió cuenta de que estaba muriendo por dentro. Aunque después de esta llamada se había replanteado eso, igual si se había dado cuenta, simplemente no le importaba. Nunca estuvo segura de si él la amaba, juraría que no, pero después de 6 años juntos ella se había enamorado completamente de él.
Todos los horribles detalles sobre él la hicieron llorar, y dudar si de verdad se querían el uno al otro. Rick no lo demostraba casi nunca, desde luego no sobrio. Solo borracho se abría a ella y le susurraba palabras que harían estremecerse al escritor más romántico de la literatura universal. Pero luego, por la mañana y con una resaca terrible, se volvía a sellar con vodka y muchas pastillas, alejándose de su mujer hasta que llegase la noche y volviese a estar borracho. Rick no era funcional, no funcionaba como un ser humano normal, y eso la hacía justificar su comportamiento. Aunque dadas las situaciones como esta, o como en las que la encuentra llorando y se enfada porque ella es "la reina del drama", Alice duda si su relación se podía seguir arreglando con tiritas.
Pero la verdad es que en su mente lo que no tenía arreglo era su vida. Tan al borde del abismo había llegado a tocar las opciones extremas. Al principio cortaba su piel en lugares que le recordase lo miserable que se sentía. Luego acabó jugando con la pistola sin licencia que le había regalado su padre expolicía. Nunca la había usado, no le gustaban las armas. Pero en momentos desesperados había llegado a acercársela a la boca, a la nuca, o al pecho. Intentando que esa presión en los pulmones que la impedía respirar se fuese. Todo estaba a un click, a un pequeño empujón, a un movimiento de dedo que haría que dejase de sufrir para siempre. Normalmente pensaba en momentos placenteros de su vida, pero conforme a la disminución de estos, dió el paso de cargar la pistola, más adelante el de quitarle el seguro, y decidió firmar su decisión envolviendo sus dedos al rededor del metal, y apretando el gatillo mientras sostenía la pistola contra un lado aleatorio de su pecho.
Disparando.
...
Rick se levantó en su catre por el mismo tono de llamada que le había molestado el día anterior. A punto de tirar el móvil por la ventana cuando lo encendió y forzó sus ojos ante la repentina luz del dispositivo, era un número de extensión de empresa, así que por inercia cogió la llamada, sabiendo que si no lo hacía seguirían llamando.
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A un disparo de tí. | Rick Sánchez x Reader
FanfictionDespués del intento de suicidio de Alice, la visión de Rick sobre su relación cambia completamente al verla al borde de la muerte. Y por mucha que fuera su suerte de permanecer viva. La recuperación de Alice ante la perdida aparentemente momentanea...