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Capítulo catorce: Razones.

Hyunjin no estaba bien, la furia estaba recorriendo todo su cuerpo.

Y es que ¿Cómo iba a estar bien sabiendo que alguien había intentado sobrepasarse con Seungmin y él no había estado ahí para protegerlo?

Aparte habían inventado todos esos rumores sobre él y provocaron que Seungmin se alejara por completo de Hyunjin.

—Yo sé que es imposible estar tranquilo, pero necesitas respirar un poco, ¿de acuerdo? —dijo Jeongin, tomando con cuidado el hombro de Hyunjin.

Jeongin estaba intentando que el chico no fuera a ningún lado, quizá debió de planear más lo que iba a decir, pero es que le había sido difícil quedarse callado en cuanto escuchó aquellas cosas.

—Si, tienes razón, creo que tengo que calmarme un poco. Hablaré con Seungmin más tarde, no quiero cometer alguna tontería. —respondió después de unos momentos, soltando un suspiro muy pesado.

Ambos se quedaron el resto de la hora en aquel lugar sin decir una sola palabra más, Jeongin pensando en cómo disculparse por haberle dicho las cosas de golpe, y Hyunjin intentando calmar todas las emociones que estaba teniendo en ese momento.

Seungmin debió haberla pasado muy mal.

Con ese pensamiento en mente, Hyunjin no pudo concentrarse en ninguna de sus clases. Su mirada se perdía constantemente en Seungmin, sintiéndose terrible por haber roto su promesa y el sentimiento de culpa se intensificaba al recordar lo que aparentemente su amigo creía de él.

Seungmin evitaba su mirada todo el tiempo y esto hacía que el corazón de Hyunjin se rompiera en mil pedazos. 

Aun así, Hyunjin estaba decidido a hablar con él una vez que las clases terminaran.

Y, como si el mundo estuviera en su contra, las horas se pasaron lentas y torturantes, había tantas personas mirándolo y susurrando cosas a sus espaldas, esas voces estaban haciendo doler su cabeza, y no sabía si podría aguantar por mucho más tiempo.

—¿Estás bien? —le dijo su hermano una vez que lo vio salir de su aula, se veía un poco preocupado.

—Si, ¿por qué? ¿pasa algo? —preguntó viendo como sus demás compañeros se retiraban del salón, Seungmin había sido llamado por el profesor así que seguía allí dentro.

—Bueno, es que yo... escuché sobre los... Oh, tú sabes, lo que esos idiotas están diciendo de ti. ¿Te gustaría hablarlo?

—Tal vez cuando lleguemos a casa, ahora tengo que hacer otra cosa, Binnie.

—Si, está bien, entonces, te veo allá.

Hyunjin asintió un poco extrañado, se le hacía raro que su hermano se viera tan tranquilo, estaba seguro de que tenía planeado hacer algo y no creía que fuera algo muy bueno, pero fue muy tarde para preguntarle que tramaba porque ya se había ido, así que lo dejó pasar, no podía distraerse porque si no perdería la oportunidad de hablar con Seungmin.

Por suerte, el castaño seguía dentro del salón platicando con el profesor Lee, así que esperó unos momentos más hasta que Seungmin por fin salió junto con el maestro, Hyunjin hizo una reverencia a este último, quien lo saludó y luego se fue, eso también estaba por hacer Seungmin, pero el más alto tomó su mano delicadamente haciendo que se detuviera.

—Seungmin, yo... ¿Me permitirías hablar contigo? —dijo Hyunjin, tratando de captar la atención del chico, pero este evitaba su mirada, dirigiendo la vista hacia otro lado.

El silencio se extendió durante unos minutos que para Hyunjin parecieron interminables. Solo esperaba que Seungmin le brindara una oportunidad.

—Es-está bien. —respondió finalmente.

Hyunjin chilló de la felicidad internamente, a pesar de que no habían arreglado nada aún, el simple hecho de que Seungmin por fin le hubiera dedicado una mirada y unas palabras lo hacía la persona más feliz del mundo. Eso había hecho que su corazón se sintiera un poquito menos pesado.

Comenzaron a caminar fuera de la escuela, el regreso a casa sería el momento perfecto para hablar.

—Me quiero disculp-

—¡Seungmin! —se escuchó a alguien gritar detrás de ellos.

Tenían que interrumpir justo en ese momento, Hyunjin maldecía a la persona que había hecho aquello...

Oh, claro, tenía que haber sido Sihyeon.



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A Hyunjin le causaba demasiada curiosidad saber por qué Sihyeon siempre lo miraba de manera hostil y no mostraba interés en jugar con él y Seungmin.

—¿Minnie, por qué tú hermana nunca quiere jugar con nosotros? —preguntó el pequeño Hyunjin a Seungmin.

—Yo no lo sé. —respondió bajito, era costumbre que él hablara así, pero también se notaba la tristeza en su expresión, a Seungmin le dolía que su hermana siempre rechazara jugar con ellos.

—Lo siento, Minnie, no quería...

—Está bien, no importa, sigamos jugando.

Hyunjin asintió y siguieron armando sus legos, luego de aquella pregunta había sido un poquito incomodo al inicio, pero poco a poco volvieron a su estado de ánimo anterior.

Los dos se veían tan felices construyendo sus casitas, reían tiernamente cuando ponían una pieza mal y no se daban cuenta hasta que ya lo habían terminado y tenían que volver a armarlo porque se veía todo chueco.

Desde lejos, Sihyeon los observaba, se sentía molesta, pues antes Seungmin jugaba solo con ella y no se la pasaba hablando solo de Hyunjin, no lo soportaba para nada, le había quitado su puesto hermana mayor.

Esa era la principal razón por lo que siempre rechazaba las invitaciones para jugar con ellos.

Y es que, si Hyunjin le pedía su juguete favorito a Seungmin, él se lo prestaría, pero si ella se lo pedía simplemente le decía que no. Seungmin siempre dejaba ganar a Hyunjin, mientras que a ella le reclamaba si hacía trampa. Seungmin prefería pasar tiempo con Hyunjin y no con ella. Sihyeon extrañaba a su hermano porque, desde su punto de vista, Hyunjin había hecho que se alejaran y eso le había hecho generar cierto odio hacia él.

—Nos vemos pronto, Minnie, la próxima vez te toca venir a mi casa, podemos robarle sus dulces a Changbin y jugar con su cabello, a él le gusta cuando le hacemos colitas.

El pequeño Seungmin asintió con la cabeza y se sonrojó cuando Hyunjin dejó un beso en su cachetito.

Sihyeon resopló sin entender por qué Hyunjin tenía tanta confianza con su hermano, se suponía que Seungmin odiaba el contacto físico.

Las razones por las que a Sihyeon le irritaba la presencia de nuestro pequeño protagonista eran muy pequeñas, sin embargo, esas mismas pequeñas razones habían bastado para conservar el sentimiento hasta que llegaron a la adolescencia.




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Protegerte | hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora