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♡ Capítulo diecinueve: Algo dulce.

15 años. (Volviendo al pasado nuevamente)

Hyunjin mentiría si dijera que no se puso triste al ver a Seungmin abrazar a una de sus compañeras justo como solía abrazarlo a él.

—Jisung, ¿qué debería de hacer? No me gusta sentirme así. —le preguntó Hyunjin, con una expresión afligida y una leve mueca en la boca.

—Mira, hablando desde mi gran experiencia en eso, creo que lo mejor que puedes hacer es empezar a acostumbrarte, ya sabes, no serás el único amigo de Seungmin para siempre y aunque estés ena...

—Sí, sí, lo sé. —interrumpió a Jisung, quien se rio al ver el rostro enrojecido de Hyunjin.

—Bien, entonces ya que lo sabes, debes empezar a soltarlo poco a poco.

Hyunjin asintió aún con la vista puesta en su mejor amigo y aquella chica, se dio ánimos a sí mismo y dejó de mirarlos, porque tal vez aún no estaba tan preparado como para seguir viendo aquello.

—Igual sigo sintiendo como si mi corazón se estuviera rompiendo.

—No pasa nada, después de todo, tú seguirás siendo su mejor amigo. Así que tranquilo.

—Yo lo sé, pero, ¿cómo puedo hacer que ya no duela?

Jisung lo pensó un poco, estaba intentando recordar cómo era que él había superado un poco cuando pasó por esa situación, pero realmente no recordaba algo con exactitud.

—Quizá te sientas más feliz comiendo algo dulce junto a Seungmin.

—¡Claro, esa es una gran idea! —dijo con una sonrisa, que en un momento se borró—. Solo tengo que esperar a que Seungmin venga conmigo.

—Vamos, quita esa cara, Hyunjin. —Jisung tomó su mano y se lo llevó a cualquier otro lugar en donde no pudiera ver a Seungmin.

Caminaron hasta la biblioteca de su escuela, el de mejillas bonitas creyó que quizá entre tantos libros Hyunjin podría olvidarse un rato del hecho de que Seungmin estaba con una chica.

—Podríamos leer algo... Mmm. —comenzó a buscar en las repisas del apartado de Ficción un libro al azar—. Este.

Cuando por fin lo alcanzó se lo dio a Hyunjin.

—Dandelions, suena a que es un libro entretenido. ¿Te parece si leemos este?



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Más tarde, cuando estaban de vuelta en el salón para recoger sus cosas e irse a casa, Seungmin finalmente regresó con Hyunjin, aunque tenía un semblante un poco triste lo que hizo que el más alto se preocupara demasiado.

—¿Qué ocurrió, Minnie?

En cuanto Hyunjin terminó de hacer su pregunta Seungmin lo abrazó.

—Te extrañé.

—Yo te extrañé mucho más, Seungmin. —dijo mientras recargaba su mejilla en el hombro del castaño, viendo como la mayoría de sus compañeros salían del salón de clases ya con sus mochilas puestas.

Duraron algunos minutos así, escuchando sus tranquilas respiraciones, antes de separarse para comenzar a recoger sus cosas.

—¿Quieres ir a comer algo dulce? —preguntó Hyunjin una vez que estuvieron fuera de la escuela, aunque un escalofrío recorrió su cuerpo al sentir el aire helado que estaba haciendo aquel día.

—¿Qué te parece si vamos por unas donas y un cappuccino? —respondió Seungmin mientras se ataba correctamente los cordones de sus zapatos. Al levantarse, notó que su amigo temblaba un poco debido al frío—. Aunque tal vez deberíamos regresar a casa primero. Necesitas abrigarte más...

Antes de que se le ocurriera, Seungmin se dio cuenta de que podía prestarle la chaqueta que llevaba puesta.

—Está bien, puedo soportarlo, no hace demasiado frío. —mintió, Seungmin lo miró brevemente a los ojos y él apartó la vista un momento—. De acuerdo, tengo frío. Volvamos a...

Las palabras de Hyunjin se vieron detenidas, pues de repente sintió algo cálido cubrir su espalda, solo pudo quedarse hipnotizado por lo cerca que tenía a Seungmin

—Um... Yo... —intentó hablar, sin embargo, estaba un poco nervioso y nada podía salir correctamente de su boca.

Las manos de Seungmin se movieron lentamente para ayudar a Hyunjin a que se colocara la chamarra de forma adecuada, luego subió lentamente el cierre y finalmente pudo prestarle completa atención al rostro de Hyunjin, el cual estaba bañado en un tono rosita.

—Gracias, Minnie, estaba por morir congelado. —tomó la mano del chico y comenzaron a caminar hacia su cafetería favorita—. Pero... ¿Tú no tendrás frío?

—Si me abrazas durante el resto del camino, no podré tenerlo. —se atrevió a decir poniendo su vista en cualquier lado que no fuera su amigo.

Hyunjin sonrió ampliamente, y se puso delante del castaño para abrazarlo.

—Sólo cuida que no caiga, por favor. —pidió.

Seungmin asintió alegremente y pasó sus brazos alrededor de Hyunjin, y así caminaron durante todo su trayecto hasta llegar a la cafetería, sintiendo sus corazones cálidos luego de haber pasado la mayor parte del día separados.

Estar así era algo dulce, aún más dulce que comer un millón de donas y galletas de chocolate.



Editando este capitulo me sentí más sola q nada

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Editando este capitulo me sentí más sola q nada.

-minknowss

Protegerte | hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora