Naruto: El Demonio Cazador Nocturno

Capítulo 4 - "Efecto Dominó"

 Los primeros rayos del sol comenzaban a traspasar a duras penas el nublado ambiente del País de las Olas y, siguiendo la rutina de siempre, los guardias fueron a despertar a los reclusos, desencadenarlos, mandarlos a hacer trabajos como cocinar, lavar sábanas, etcétera y luego un rato al patio. Para fortuna de Naruto, esta mañana no tuvo que ver la fea cara de Unmo.

 Una vez fue la hora de salir al patio, Naruto fue a reunirse con Kosuke, Meizu y Gozu como siempre, pero esta vez, iban a poner en marcha su plan.

 El par de Hermanos Demonio se sentaron con sus espaldas recostadas a una de las paredes mientras Naruto y Kosuke se sentaron frente a ellos, el plan era que Naruto y Kosuke vigilarían mientras los hermanos concentraban la humedad en la pared poco a poco hasta debilitarla lo suficiente para derribarla durante la noche y tratar de escapar lo más silenciosamente posible, aunque derribar una pared no sea nada silencioso.

 - Espero que no se hayan lavado la cara, durante estos días eviten bañarse y si lo hacen eviten que el agua les toque la frente, de lo contrario se les empezará a borrar el sello falso que les puse. - Comentó Kosuke.

 - De todos modos la tinta de un bolígrafo no es igual a la que se usa para fuinjutsu, solo tenemos como tres días hasta que la tinta se borre por su cuenta y eso siendo optimistas y si evitamos el contacto con el agua. - Comentó Meizu y tras eso, la tarde pasó con normalidad y siguieron el plan hasta que sonó el timbre y los reos debían volver a sus celdas.

 Una vez que Naruto se separó momentaneamente de Gozu y Meizu Kosuke se acercó a este y le dijo en voz baja: - Cuando salgamos de aquí hay algo que quiero hablar contigo respecto a tus padres. - Le dijo el anciano al rubio.

 - ¿M-mis padres? ¿L-los conoces? Cuentame sobre ellos - Dijo Naruto sorprendido y algo emocionado.

  - Una vez que salgamos de aquí te lo contaré todo, aquí es algo peligroso hablar de eso. - Dijo el anciano lo que hizo al rubio sentirse muy inquieto con saber sobre sus padres, trató de insistirle al anciano de que le contara al menos un poco sobre ellos pero éste se negó y cada quien volvió a sus respectivas celdas.

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 Por otro lado, una mujer o mejor dicho, la Hokage de Konoha se encontraba con la cabeza sobre su escritorio en su oficina y el cielo amarillento del atardecer se notaba tras ella.

 Varias botellas de sake la rodeban en su escritorio y en el suelo, con su vaso de vidrio en su mano derecha.

 La mujer además de sentirse ahogada en alcohol se sentía ahogada en problemas, ni siquiera el sake le ayudaba a olvidar lo desastroso que fue el día anterior.

 --------------Flashback --------------

- Entonces ¿Aceptarás o nos iremos? - Preguntó Hiashi dando un ultimatúm a Tsunade.

  - Lamento tener que decir esto, pero no puedo aceptar sus peticiones, hacerlo solo llevaría a la ruina de la aldea, rebajar tanto los impuestos solo traería problemas a la calidad de vida, haría que las escuelas no cuenten con los recursos necesarios para enseñar adecuadamente y los hospitales tampoco los tendrían y menos impuestos significa también que Shinobis que no trabajan directamente con misiones como lo son los encargados del departamento de Inteligencia tengan una reducción en su salario afectando así a los cientos de Shinobis que trabajan sin hacer misiones, cosa que no pienso permitir. Además, desequilibrar los poderes entre el cargo de Hokage y los líderes de clanes solo traería aun más conflicto del que estamos teniendo. - Explicó Tsunade con los ojos cerrados y las manos sobre la mesa.