O Sol E a Lua || Natarinng

11

S~
10:00 am

"Soarinng, no lo se, dame tiempo para pensarlo"

Esas palabras me estaban dando demasiado miedo. No quería deducir cosas que no y terminar en un malentendido, pero mi mente seguía sin poder conformarse con otra explicación.

Natalan, por favor, dime que solo estoy siendo paranoico.

Mírame con esos hermosos ojos de azul brillante y dime que estoy equivocado, que solo fue la euforia del momento y no supiste como reaccionar.

Dime que sentiste lo mismo que yo y besame de nuevo como lo hiciste esa tarde. Déjame volver a sentir la calidez de tus labios y tus suaves toques en mis mejillas.

Pensar en aquel día me hace sentir en un cuento de fantasía, donde mi príncipe azul (y nunca mejor dicho) vino a sacarme de mi solitaria torre y a llenarme el mundo de esperanza.

Hasta hoy sigo sin creérmelo.

Recuerdo aquella tarde en que me dijiste que eras heterosexual y te creí, estuve dispuesto a superar este enamoramiento sabiendo que nunca me corresponderías, pero ese día... Joder, si pudiera pedir un deseo justo ahora, desearía que ese momento volviera repetirse aunque sea una vez más.

Tomaste mis mejillas, e importandote poco la llamada que estaba por atender, me besaste. Te adueñaste de mis labios tan repentinamente que no supe reaccionar por varios segundos, creí que estaba soñando, pero no, de verdad estaba ocurriendo. Tu tomaste la iniciativa y eso me hizo muy feliz.

Sentí algo en lo profundo de mi corazón que rezo todas las noches que tu también hayas sentido. No solo fue el dulce choque de nuestros labios, la forma delicada con la que acariciaste mis caderas o lo tembloroso de mis manos cuando me sostuve de tu pecho para no desfallecer ahí mismo, es la sensación tan maravillosa que se transmitió con todo eso.

Quería volver a besarte, estaba tan embriagado con la situación, que no podía pensar en otra cosa que no fuera volver a sentirte cerca de mi, pero tuvimos que separarnos para no descontrolarnos.

Ahí fue cuando me di cuenta que no solo era un amorío cualquiera. En el momento que vi tu rostro sonrojado, tus pupilas aun más grandes de lo que solían ser y tus manos sosteniendome fuertemente como si fuera a alejarme de ti, me di cuenta que estaba verdaderamente enamorado de ti. Que quería pasar todos mis días junto a ti.

Sabía que no podía tener una persona más bella sentada a mi lado.

Jamas te lo dije, pero adoro tus manos. Tan grandes, tan frías, tan blancas y tan delgadas. Tal cual como si de fina porcelana se tratase. Siempre las tocaba con cuidado, como si fueran a romperse si es que hacia un movimiento brusco.

Tambien amo tus ojos, tus ojitos bonitos que se achinan cuando sonríes.

Y si siguiera mi lista, tardaría más años de los que un humano vive en promedio.

Tu belleza es infinita como mi amor por ti.

Además... mierda, el solo recordar lo ronco de tu voz junto a lo serio de tus palabras me hace erizar la piel.

Eres tan hermoso como la luna, mi luna.

Pero...

¿Porqué te escondes de mi?

Ha pasado una semana desde aquel día y sigues sin querer verme.

Cuando voy a buscarte, me evitas y te alejas de mi tan rápido como te lo permitan tus piernas.

¿Qué sucedió? ¿Acaso hice algo que no te gustó? ¿O es que acaso YO estoy siendo demasiado impaciente?

¿No lo malinterpreté todo, verdad?

Te extraño, ya no sé que más hacer. Me dijiste que esperara y es lo que estoy haciendo, ¿pero tan necesario era alejarte por completo de mi?

¿Es importante que trates de evitarme cada que nos encontramos? Hasta tu asiento cambiaste en todos los salones.

Ansío con cada célula de mi cuerpo salir corriendo a buscarte y sentirte al lado mío, pero no puedo, me pediste que te esperara.

Te amo.

Me duele ver lo mucho qué mi presencia te aterroriza, así que si te hace daño verme por ahora, entonces seguiré aquí, esperándote.