Le Huan, un Genio Farmacéutico, fue transmigrado a Na Juan, la peor y más odiada concubina del Emperador, junto con su hijo, quien se suponía que estaba muerto.
Le Huan ahora como Na Juan vivirá la vida de una concubina olvidada, pero ¿Por qué el em...
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Le Huan se puso de pie y se dio la vuelta.
~ "Pase lo que pase, no vengas aquí y si me ves, ignórame, si no te disculpas dentro de un mes... bueno, después lo sabrás, ahora vete".
Zheng Shui miró su mano en los tres lugares en que fue pinchado con la aguja y no dijo nada, luego simplemente se levantó.
~ "Perra estúpida"
Se tropezó cuando dio el primer paso, sus piernas estaban débiles después de haberse arrodillado por tanto tiempo, se levantó y los miró a todos con furia y se alejó pisoteando.
~ "Hola Segunda Princesa Jie,pido disculpas por tan terrible bienvenida"
~ "No es culpa de la Sexta Concubina. El Segundo Hermano Imperial siempre ha sido así. No entiendo por qué lo dejó ir tan fácilmente", Dijo Jie'er.
~ "No fue así, muy pronto verá lo que en verdad sucede. Meilin, sirvamos té a nuestros invitados"
~ "Sí, mi Señora"
~ "Sexta Concubina, escuché que estabas enfermo y quería darte esto"
Jie'er buscó en su bolsillo y sacó un pequeño saquito con hierbas.
Le Huan se inclinó y sonrió suavemente tomando el saquito y luego oliéndolo.
~ "Estas son hierbas de buena calidad, muchas gracias"
Le Huan le palmeó la cabecita suavemente, ella sonrió. Le Huan sostuvo suavemente la mano de la Primera Concubina, movimiento que lo sobresaltó.
La mano de la Primera Concubina era suave y su aura se sentía amable y delicada, incluso la pequeña angelita es amable, es algo raro de encontrar en un harén.
~ "Gracias" Dijo la Primera Concubina
~ "Está bien" Dijo Le Huan
Entraron y se sentaron en la sala de bienvenida.
~ "Aquí huele tan bien, ¿Qué tipo de incienso aromático es este?"
~ "¿Le gustaría un poco?"
~ "Seria perfecto, muchas gracias"
~ "Suyin, por favor tráeme el No. 7"
~ "Sí, mi Señora"
Suyin hizo una reverencia y luego se fue. Jie'er miró intensamente la pancita de Le Huan, este captó su mirada y sonrió cuando ella se sonrojó.
~ "¿Quieres acariciarlo?"
Jie'er sonrió, gateo para estar cerca y frotó suavemente la pancita.
~ "Tan suave, espero no lastimar al pequeño bebe"
Le Huan se rió entre dientes, la Primera Concubina sonrió ante el sonido de la risa y luego sonrió con tristeza.
Estaba feliz de que Na Juan haya sido amable, por lo que espera poder acercarse mucho a él. Jie'er siempre se sintió sola mientras lo cuidaba. Él sabe que ella quería reír y jugar como todos sus otros hermanos, pero ella estaba atrapada detrás de un escritorio estudiando o cuidando de él.
Ella era muy madura para su edad y eso le entristecía mucho, él sabe que no le queda mucho tiempo con ella y eso le entristece mucho más, por este momento quiere ser un poco egoísta y disfrutar de los momentos que tiene junto a su hija.
Cayó la noche y era hora de volver a casa.
~ "Jie'er, ¿Te divertiste?"
~ "Hmm, la Sexta Concubina es muy agradable"
~ "Sí, exacto, pero debes tener cuidado"
~ "¿Mmm?"
~ "Lo que le dijo al Segundo Príncipe, temo que a él le pasara algo terrible"
La Primera Concubina pudo entender un poco de lo que dijo Le Huan.
Verás con los ojos de un ciego, en otras palabras, no verás nada.
Escucharás los sonidos de los sordos, no escucharás nada.
Hablarás con las palabras de un mudo, no dirá ni una sola palabra.
El no verá, no oirá y no emitirá ningún sonido, un castigo que sólo se le ocurriría al Emperador o a la Emperatriz Viuda.
Al día siguiente por la mañana.
Zheng Shui abrió los ojos, pero no pudo ver nada, solo una oscuridad infinita.
~ "¡Enciendan las luces!"
No pudo escuchar su voz a pesar de gritar.
~ "............"
Habló de nuevo, pero no podía escuchar nada, era extraño, Zheng Shui comenzó a moverse y de repente cayó sobre algo duro y plano.
Los sirvientes entraron corriendo cuando escucharon un gran golpe dentro de la habitación, era su Alteza quien se había caído.
~ "¡Su Alteza, su Alteza!"
Zheng Shui estaba sintiendo alrededor, sus manos comenzaron a temblar y el miedo se apoderó de él, no podía ver, no podía escuchar ni hablar, las palabras pronunciadas por la Sexta Concubina ahora se repetían en su cabeza.
Ning Jie: Bien, bien, Hermano Menor, has aprendido del arte de "castigar a los mocosos", ahora ven y aprende el arte de poner a las perras en su lugar.
Le Huan: *Con expresión tranquila y pensó* Yo solo quería ser una Concubina olvidada *Suspiro*
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