☘︎ | C a p í t u l o 0 5 | ☘︎

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Hoy es domingo y hay juego está noche, como soy la supuesta novia del mariscal de campo debo de estar ahí, aunque la escuela sigue cerrada por la inundación, el recinto no sufrió daños, tengo toda la ropa tirada en la cama, no sé qué ponerme, mi t...

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Hoy es domingo y hay juego está noche, como soy la supuesta novia del mariscal de campo debo de estar ahí, aunque la escuela sigue cerrada por la inundación, el recinto no sufrió daños, tengo toda la ropa tirada en la cama, no sé qué ponerme, mi teléfono suena, lo cojo sin mirar quién es que está llamando.

—Hola.

—¿Me vas acompañar hoy? ¿O te quedarás en casa?

Me muerdo los labios cuando escucho la voz de Andrew, miro el desastre que hay en mi habitación, suelto un suspiro antes de responder.

—No lo sé, se supone que debo de ir, dijiste delante de todos que soy tu novia, acompañarte es lo que hacen las novias, ¿no?

—No importa lo que dije, solo quiero saber si tú quieres venir, no estás obligada hacerlo, aunque me gustaría verte ahí, pero aceptaré la decisión que tomes.

—Quiero ir.

No lo estoy viendo, pero sé que está sonriendo en este momento.

—Bien, en media hora pasaré a recogerte.

¿Media hora? No sé si dice algo más, porque lanzo el teléfono a la cama y comienzo a buscar rápidamente lo que me pondré, agarro mis jeans favoritos y busco una blusa corta azul con botones, la compre hace un tiempo, sería la primera vez que me la pongo, aunque va sin sujetador, antes de ponerme la ropa, humedezco mi cuerpo con la crema, el pantalón me queda justo como me gusta, apretado que resalte mi bonito trasero.

Todos mis pantalones son altos, así que me cubren la mitad del estómago, cuando me pongo la blusa caigo en cuenta de que tengo demasiados senos, aunque me queda bien, pero no sé si sea un atuendo para ir a un juego de fútbol americano, me muerdo las uñas, la blusa va media abierta, solo con dos botones abrochados, los otros están ahí de lujo, creo que tendré que llevarme un jersey, porque desde que mi cuerpo entre en contacto con la brisa, mis pezones aparecerán a saludar.

Aunque todos tenemos pezones, pero conociendo a la multitud, no quiero que me utilicen como morbo, me hago un moño bajo y dejo unas hembras fuera, un poco de gloss en los labios y estoy lista, agarro mi cartera junto con el jersey, mi teléfono suena en la cama, es una llamada de Andrew, la media hora paso volando, doy un paso para salir de mi habitación, pero me devuelvo a echarme perfume en el cuerpo, ahora sí estoy lista.

—¿A dónde vas tan bonita?

—¿Tienes una cita? Estás muy pequeña para tener novio.

Mamá y yo ponemos mala cara cuando papá dice eso, me encojo de hombros ignorándolo, le respondo que iré al juego de la escuela, me apresuro a salir antes de que me sigan interrogando, Andrew debe de llegar media hora antes para prepararse y esas cosas, su auto está en la entrada de mi casa, ayer no nos pudimos ver porque estaba entrenando, pensándolo bien hoy sería como una cita, aunque no lo es porque no estaremos solos.

Un deseo prohibido ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora