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Desde que ingresó a su casa, Minho no había dejado de caminar de un lado a otro mirando todo lo que podía, haciendo comentarios respecto a algunas cosas que encontraba por los estantes, como lo buena que era la cámara que descansaba junto a los marcos de fotos, esa que hace mucho no usaban porque lo dejaron como decoración debido a su antigüedad, o sobre la pequeña colección de vinilos que tenía su padre exhibiendo en un mueble también antiguo pero muy cuidado, donde reposaba un tocadiscos.

Aunque eran comentarios muy casuales, Chan no se sentía bien al respecto, mientras miraba a Minho acariciar la portada de uno de los discos no podía evitar pensar si en verdad era algo banal o si estaba buscando incluso algo específico, algo con qué extorsionar, pero el chico nunca comentó nada más allá de las decoraciones que veía, luciendo tranquilo en todo momento. Si no hubiese visto lo de la noche anterior, creería que Minho era un chico común e inocente.

Entonces, su madre regresó, Chan se sintió aliviado porque era usual que la mujer se tarde un buen rato pues suele tomarse su tiempo para hacer las compras e incluso para hablar con algunas amigas que se encontraba en el camino, pero la emoción de saber más respecto a la conexión entre ellos le hizo apresurarse.
Chan dudaba estar listo para hablar al respecto, no tenía una versión para contarle, ¿Cómo explicar un primer contacto sin mencionar el hecho de ver a tu alma gemela asesinando a una persona? Pero entre las cosas para las que no estaba preparado, ver la escena frente a él se volvería una de ellas.

Su madre lava los vegetales mientras Minho ayuda a sacar las compras de las bolsas de manta. Habla de una forma muy casual, como si llevaran tiempo de conocerse mientras él seguía aturdido, mirando desde la entrada de la cocina como Minho se toma el tiempo de acomodar las cosas en la mesa, no le tomó mucho darse cuenta que estaban acomodadas por color, pero no quiso hacer ningún comentario al respecto, después de todo, ni siquiera su madre se había dado cuenta de eso antes de empezar a acomodar las cosas donde realmente iban. De lo único que estaba seguro en ese momento es de una cosa, necesita sacar a Minho de su casa.

— ¿Me ayudas a cortar los vegetales, Chan? —pregunta Minho.

El mencionado se queda en silencio mientras mira al chico tomar asiento, tomando una tabla y cuchillo para cortar. No entiende, intenta ver un truco oculto tras ello, tal vez en la primera oportunidad lo atacará con el cuchillo o fingirá un accidente para cortarle un dedo, dijo que no puede matarlo pero ¿Algo le impide lastimarlo?

— Solo tienes que ir vaciando los vegetales en el tupper cuando termine, mientras tomo otro, ¿Si? Odio que se junte y sería más rápido así.

Hay calma en su voz, Chan sabe que debe hacer algo al respecto, necesita actuar, pero esa sensación cálida en él... Esa paz interior que genera la amabilidad con la que habla Minho, definitivamente es horrible estar conectado a alguien, tiene tanto... Poder.
Chan obedece, toma asiento y observa a Minho cortar con cuidado las zanahorias, aunque parece tener facilidad con eso, su madre parece la más encantada con la escena pero no dice nada y solo continúa acomodando las cosas, Bang lo agradece en su mente, no quiere escuchar que lucen lindos juntos ni cualquier halago al respecto, es un asesino del que hablan.

Cuando Minho termina con una zanahoria, se dispone a tomar otra, mientras tanto, Chan toma la tabla para vaciar los trocitos al tupper con cuidado de no tirarlos. Deja de nuevo la tabla y Minho empieza a cortar otra vez.

— ¿Sabes cocinar, Minho? —pregunta la mujer.

— Sé un poco, creo que diría lo básico.

— ¿Sueles preparar tus alimentos?

— Así es, procuro llevar al trabajo comida que he preparado en casa, no me llamaría fanático de comprar en la calle. Nunca se sabe qué cosas tienen o no esos alimentos.

HEARTBREAKER ❀ MinchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora