S I E T E

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Ring Ring. La alarma sonaba y nadie atendía esta, hasta que uno de los gemelos apagó la alarma, se puso de pié y fue hacia su hermano mayor.

─naho, arriba que vamos tarde─. Souya tardó al rededor de 10 minutos en despertar a nahoya, el cual al final despertó, de mala pero lo hizo.

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Ding Dong

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Las campañas sonaban y los estudiantes salían de sus respectivas aulas, dirigiéndose a sus casas, incluyendo a ese peculiar dúo, los gemelos.

Iban caminando hacía su casa, ya que habían perdido el bus.

─ oye sou, ¿Vamos a la repostería que está por el parque? ¡Vi que hay nuevos postres!─.

─ ¿en serio? Vamos entonces. ─

Ambos se dirigieron hacia la repostería iban charlando y riendo mientras hacían chistes.

La campanita que indica ise un cliente entró sonó, haciendo que el personal los atendiera.

Nahoya se dirigió hacia el mostrador y miró los postres como un niño pequeño, souya no tardó mucho en hacer lo mismo. Pero vaya el destino tenía otros planes aparte de comer dulces para ese dia.

─ ¡vaya vaya, pero a quienes tenemos aquí! ─

Una voz sonó por toda la repostería, llamando la atención de los gemelos.

Para sorpresa de los gemelos, allí se encontraban algunos miembros de tenjiku, incluyendo a los haitani, tenían semanas sin verlos pero se habían comunicado por el celular, o bueno, ese era el caso de rin y souya, nahoya y ran no habían hablado casi nada, ya que cuando rindou le enseñó la foto donde estaba dormido en las piernas de ran, no volvió a hablarle desde ese día.

─ ¿necesitas algo?─

Habló souya ante el más alto, era un chico con una cicatriz en la cara y pelo corto.

─así que ustedes son los gemelos kawata, los hacia más altos. ─

─y yo te hacia más inteligente. ─

Agregó nahoya al final, luego de pedir ambos postres.

Nahoya miró con atención su cara y luego miro tras el, donde en una mesa se encontraban algunos miembros de tenjiku, izana, los haitani y kakucho.

Una venita se hizo presente en la mejilla de nahoya, este iba a golpear al más alto pero al sentir el agarre de mano de su hermano se tranquilizó un poco.

─naho, solo esperemos el pedido y nos vamos de aquí─

Nahoya asintió ante lo que dijo su hermano. Pero su conversación fue interrumpida por el pelo blanco, izana.

─Vaya, ¿no se van a quedar? Yo quería conversar un rato. ─

─no soy de hablar con idiotas, gracias. ─

Alegó el de pelo anaranjado.

─tu humor me gusta. ─

─ ¿Quién te dijo que fué humor? ─

•𝑂𝑗𝑜𝑠 𝐴𝑚𝑎𝑡𝑖𝑠𝑡𝑎•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora