Cap 2

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Recomendación:Leer con atención y paciencia.
Con paciencia lo bueno llega. Disfrute de la lectura y deseo que disfruten leerla como yo disfrute escribirla.
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Cuando ella se dió vuelta, se encontró a la razón por la cual estaba nerviosa.
El hombre de 37 años, 1.80 de altura, cabello castaño bastante desordenado, un par de ojos oscuros, casi que como el café. Portaba una vestimenta que lo hacía lucir aún más atractivo que como lo era hace años atrás.
La vestimenta consistía en: Una camisa blanca, con los primeros 3 botones desabrochados. Un saco de vestir negro, pantalones de shean color azul oscuro, y unos zapatos de vestir.
Tenía aroma a cigarrillo y a un perfume varonil, caro y dulce.

Al verlo descaradamente de arriba a abajo, las piernas de Cassiel empezaron a temblar.
El la observó y le dió una sonrisa sin mostrar sus dientes.

-Hola, Cass. Hace tiempo no nos vemos, ¿No?- Dijo el observándola con una sensación tranquilizadora en el pecho.

Ella aún estaba paralizada por el hecho de tenerlo frente a ella luego de tanto tiempo. Pero hizo lo que tanto espero hacer.

Alexander quedó boquiabierto en cuanto ella lo rodio con sus brazos dándole un abrazó acojedor, que a ambos les hacía tanta falta.
A ambos les salían lágrimas pequeñas que corrían por sus mejillas.

Alexander al notar que Cassiel también estaba llorando, se separó y puso una de su manos en la mejilla derecha de la chica.

Sabés cómo me desmorono al verte llorar, linda. Por favor ya no llores. Estoy aquí, y no me ire- Dijo el mientras limpiaba las lágrimas de Cassiel.

Ella lo miro a los ojos, esos ojos oscuros que causaron y causan miles de emociones en ella. Está estaba casi que hipnotizada por estos, pero al darse cuenta decidió hablar.

-Hola Alex, perdón por el reencuentro emotivo- Dijo Cassiel mientras se separaba de él y limpiaba ella misma sus lágrimas.
Ella tenía una sonrisa apenada en su rostro.

El al notar el accionar independiente de la mujer, recordó que ya no es una niña y le avergonzó un poco el hecho de que ella viera que el aún no superaba eso.

-Está bien, tranquila. ¿Cómo as estado?- Preguntó el con una sonrisa amistosa. -Cuentame un poco de cómo te va- Pidió el a los pocos segundos de haberle hecho la pregunta, aún manteniendo esa sonrisa amistosa.

-Bien, por lo que puedes ver pude cumplir mí sueño de tener una banda.- Dijo ella con una sonrisa como si fuera una niña.
Eso le dió bastante ternura a Alexander, le dió ternura que aún mantenía esa inocencia. O eso pensaba el.

Ambos platicaron por unos treinta o cuarenta minutos. Pero una figura se hizo visible, interrumpiendo a ambos en su charla.

Querido, he estado buscándote por todas partes- Se escucho una voz femenina, con asentó latinoamericano y un especie de tono de dama de compañía.

Cassiel volteo a ver a la chica la cual le hablaba a Alexander. Alexander al notar que esté pequeño detalle que lo venía acompañando cuando se sentía solo lo había encontrado.

Isabella, emmm... Ella es Cassiel, Cass ella es Isabella- Dijo el algo incómodo al notar la presión en el.

A Cassiel le hervía la sangre, de hecho ya no era sangre. Era lava ardiente la que corría por sus venas.
Ella era bastante... ¿Cómo decirlo?, Bastante posesiva.

Hola, es un gusto- Dijo Isabella, con una sonrisa. Isabella era una chica de unos 30 años, cabello lacio y de un color negro azabache. Piel morena, ojos oscuros y unas buenas curvas.

Hola- Dijo Cassiel forzando su mejor sonrisa mientras la observaba de arriba a abajo. Sus celos eran notables y su enojo aún más.
- Alexander debo irme, voy a tocar en unos minutos. Adiós- Se despidió ella dando su mejor tono de voz.

I just like the guitar | Alex TurnerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora